Viaje al mundo de los Íberos

Irene Melfi

En la segunda mañana de las III Jornadas Arqueológicas organizadas por el Instituto Hermes en Cástulo, los herméticos nos sumergimos en las vivencias de nuestros más remotos antepasados: los Íberos. Nuestro DN, Manuel Ruiz, en la magnífica organización de las Jornadas, nos brindó la posibilidad de disfrutar de una zona arqueológica maravillosa, recientemente abierta a los visitantes. El Oppidum Puente Tablas de Jaén.
Nuestra guía, Eva de Dios Martínez, nos fue trasladando con la imaginación a unas tierras de singular belleza, donde allá por entre los siglos VII al III a.C. vivían los aborígenes del lugar, que recibieron influencias de los griegos, que venían por el norte, y de los fenicios, que llegaban a las costas mediterráneas, y se internaban hasta llegar a estas zonas. Con esa influencia tan marcada es como se desarrolla la cultura propiamente Íbera, que se extenderá desde el sur de Portugal, Andalucía, Levante, Cataluña y parte del sur de Francia. Por tanto, este es un Oppidun exclusivamente íbero, no ocurre lo mismo con otros de la zona, como el de Jaén o el de Cástulo que son íbero-romanos, donde hay teatros, mosaicos, termas romanas. Aquí no.

murallaOppidum significa “ciudad fortificada,” así llamaron los romanos a las ciudades íberas, con un término latino. Efectivamente lo primero que nos recibe es la muralla, de la que queda solo su base de fuertes piedras, mientras que el muro superior lo podemos imaginar con más de seis metros de alto por donde el guardia hacia las rondas, puesto que cada ocho km había en aquellos tiempos un Oppidum, y cada uno dependía de su príncipe.
Era este un sitio estratégico como vía natural de comunicación, con el río, Guadalbullón, afluente del Guadalquivir, con los grandes robledales, tierras para cultivo de cereales y otros alimentos.
Lo más extraordinario de la visita al Oppidum sin duda, ha sido poder pasar por la Puerta del Sol. En el corredor de 14,50 metros antes de llegar a donde estaba la puerta, hoy desaparecida, nos encontramos con dos mandíbulas de cerdas preñadas. Al excavar, los arqueólogos, encontraron en un primer nivel dos mandíbulas más y en un tercer nivel tres mandíbulas, haciendo un total de siete.

diosa del solEsto forma parte de un ritual grecolatino relacionado con la fertilidad y la purificación. Pero esto no fue todo, a pocos metros de allí finalizando el corredor nos miraba piadosa la diosa Betatum, ahora llamada diosa del Sol. Es un Betilo, una representación simbólica de la diosa cubierta por un velo, con las manos sugeridas sobre el vientre y que portaría el disco solar. Como su ubicación está alineada con la salida del sol y las mandíbulas de las cerdas preñadas, el primer rayo de sol del equinoccio de primavera y el equinoccio de otoño, es el que ilumina a la diosa, luego, a los pocos minutos al subir el sol, la puerta hacía sombra a la diosa y dejaba todo el santuario iluminado.
En el santuario nos encontramos con otra curiosidad, la diosa en el solsticio de invierno era colocada en una ventana del frente del santuario, donde también los primeros rayos de ese día la iluminaban.
En el santuario hay cuatro cuevas, donde el pueblo podía consultar a la diosa. Delante del oráculo podemos ver diferentes elementos para depositar ofrendas, y en la última cueva se ve claramente una oreja, como símbolo de escuchar lo que la diosa dice. Llegan a nuestra memoria el Oráculo de Delfos y tantos otros, donde en la antigüedad los hombres consultaban a los dioses.

cuevas
En el año 207 con la con la conquista de la ciudad Íbera de Jaén, en las 2º guerras Púnicas, la gente de este Oppidum se traslada al Cerro Santa Catalina de Jaén y allí se produce la romanización. Desde entonces esta zona no fue habitada, ni conocida hasta que hace dos años se comenzó a excavar una parte. Es por ello un asentamiento especial.

 

 

Visita al Museo de Jaén
Para completar tan magnífica mañana visitamos el museo de Jaén donde se guardan celosamente los tesoros encontrados en el Oppidum Puente Tablas y de Porcuna.
Lo primero que vemos es una representación de cómo estaban colocadas las esculturas para legitimar la valentía del príncipe, por lo que es designado como dueño de ese Oppidum.

entrada para museoHay un lobo salvaje que entra a la ciudad y ataca al pueblo, en este caso tenemos la figura de un niño, el aristócrata que vemos que porta una muy buena capa vence al lobo y lleva al niño de vuelta. Esto representaría un santuario civil y dará al héroe la posibilidad de ser respetado como príncipe. Muestra también la estrategia en que el hombre envuelve su brazo con la capa, y es el momento que saca la espada, la capa puede servirle para protegerse del lobo si le ataca y también de estrategia para que el lobo no vea la espada. El lobo se ha dado cuenta que hay peligro, por la posición de las orejas lo vemos y abre la boca donde el artista ha representado más cantidad de dientes que los que el lobo tiene, como símbolo de que el lobo es muy feroz, cuanto más feroz el lobo, más valiente el héroe.
La suerte de todas las esculturas de este Oppidum es que fueron desde su abandono, cubiertas por tierra y polvo y los arqueólogos al descubrirlas las encontraron en perfecto estado, fue un hallazgo especial en los años 1980-90.
Los íberos tenían su escritura, pero todavía hoy, no podemos traducir su lenguaje en su totalidad. No se sabe si cada letra es un sonido o un ideograma.
Cuando el difunto pasa a la otra vida, se le coloca todo su ajuar que también pasa por el fuego, sus armas son dobladas para que nadie pueda volver a utilizarlas. Hemos visto maravillosas falcatas de doble filo que fueron pasadas por el fuego, que nos trasportan a un pueblo lleno de misterios. En la provincia de Jaén, España, es donde están los principales santuarios íberos y por supuesto aparecen exvotos, de los cuales se pasan muchos al Museo Nacional de Arqueología de Madrid y de Cataluña.
Las esculturas más importantes de la cultura íbera, que tienen una calidad extraordinaria hizo pensar a los arqueólogos que habrían sido realizadas por artistas griegos, sin embargo, esto se descartó, pues eran artistas íberos los que las habían realizado, por la calidad y fidelidad extraordinaria que presentan.
En una sala especial del museo nos sumergimos en el corazón mismo de la cultura Íbera donde se exponen esculturas aparecidas en el Oppidum de Porcuna, al oeste de la provincia. Se encontraron en una necrópolis del S V a.C. Parece una necrópolis normal, pero lo extraordinario es que todo alrededor tiene un foso, y los íberos de ese tiempo no enterraron en el foso seres humanos, eso es lo extraordinario. ¿Porqué? Ahora lo veremos. Es la única vez que se ha encontrado en la cultura íbera un conjunto tan grande de esculturas, tan espectaculares y de una calidad técnica tan especial. A todas las esculturas vemos que les falta la cabeza.

urna museo
Vemos una urna de incineración para guardar las cenizas del difunto, que presenta decoración muy especial. Es la primera vez que se ve una urna tan grande, las patas son de león, la cabeza de lobo, los brazos y los hombros son humanos, parece estar abrazando al difunto, no sabemos si con la intención de ayudar al alma del difunto a pasar a la otra vida.
En los cementerios íberos es muy frecuente encontrar un tipo de escultura que presenta la cabeza posiblemente del difunto y sobre ella una cabeza de león. Antes los arqueólogos pensaban que, así como la leona coge a sus cachorros y los transporta, en este caso transportaría al difunto a la otra vida. En los últimos años los arqueólogos hacen una comparación con Hércules que tiene que superar los trabajos, mata al león y una vez vencido le quita la piel y la cabeza y se la pone, por ello representaría al héroe con la cabeza de león al que ha vencido.

 

FIBULALa orfebrería fue una especialización muy grande, lo que también indica que esta fue una cultura muy avanzada.  Vemos en este tesoro de plata una pieza singular que representa al lobo y al halcón, como si cogiera el alma y se la llevara a otro mundo. Dentro de un ajuar muy importante, vemos esta fíbula, un imperdible para sujetar la capa de un personaje, un aristócrata o el príncipe. Es una escena de caza, protegida por una divinidad. El jinete está a caballo, hay un ciervo o un perro, y está cazando. Detrás de él hay una diosa femenina que está controlando las fuerzas de la naturaleza y protege al personaje para que tenga una buena caza.
El joven íbero vestía con túnica corta y la mujer con túnica larga. La caza no es solo por servir de alimento, sino que constituye un elemento de prestigio social. Antes de llegar a ser un gran guerrero, el joven tiene que pasar por el rito de iniciación, donde tiene que cazar al grifo, que es un animal fantástico y vive en el jardín de los dioses. Vemos esta grifo maquia que es la primera que se hace en piedra en todo el mundo, porque las griegas son de terracota. Es otro rito de incisión. ¿Cómo va a cazar al grifo este hombre? Vemos que no tiene las armas del guerrero, es una lucha cuerpo a cuerpo.

museo

 

Es un valiente, le coge el pico, y lo va asfixiando, el grifo saca la lengua porque está ahogado y antes de morir le clava la garra en la pierna y en ese momento le pasa al hombre toda su energía y fuerza. Vemos que el grifo tiene la parte inferir de león, la cabeza de caballo con sus orejas y el pico de ave.
Los soldados íberos llevan una protección de cuero en el pecho, y otras protecciones metálicas en los hombros, el casco íbero es de piel con rendijas para poner plumas y algún animal.

 

 

 

 

principeEsta figura es mundialmente famosa porque gracias a ella sabemos cómo eran realmente los íberos, sus rasgos, sus cascos. Originariamente estaban pintadas de rojo de la almagra de la zona, que es también el color de la sangre y de la vida y es una interpretación de darle vida a las figuras.
Piensan los arqueólogos que están tan bien conservadas porque las hallaron en el cementerio, alrededor de una torre, como un figurat, estaban colocadas estas figuras. Representan la historia de los antepasados del príncipe. Hubo una batalla, el enemigo viene a Porcuna, donde se han hallado todas estas figuras íberas, destruye el oppidum de Porcuna, luego destruye todas las cabezas de todos los personajes, como símbolo del alma o de la identidad de los habitantes del Oppidum. Destruye la esencia del pueblo. El pueblo vencido hace un ritual, recoge los restos que representan a sus antepasados, hacen una zanja alrededor del cementerio y allí los entierran. Por eso este cementerio fue muy especial. Esa es la hipótesis que se tiene de estas esculturas.

El águila, con las alas abiertas representa al príncipe, y es la que estaba colocada más alta.

aguila museo
El toro en el mundo íbero está relacionado con el rito de fertilidad y el rito funerario. Tiene un cuerpo muy grande muy potente y patas muy cortas. Se pensó que no estabas bien hecho, pero luego los biólogos observaron que es un tipo de toro que existía en aquellos tiempos y que hoy está extinguido. El artista lo veía en el campo y está reproduciendo la fuerza del guerrero.
No es de extrañar que cuando pasaron por ese museo los conservadores del Brithish Museum reconocieran la calidad que tienen las esculturas del mundo antiguo más importante de la península.

toro 1

 

 

 

Embriagados de ese mundo de dioses y héroes, de belleza y armonía, los herméticos continuamos estas III Jornadas arqueológicas, sabiendo que esta visita quedará marcada en el alma de cada uno.