Göbekli Tepe, la cuna de los Dioses

Fernando Schwarz

El santuario de Göbekli Tepe es el templo de piedra más antiguo en el mundo registrado hasta ahora. Data del fin del Mesolítico, hace aproximadamente unos 12.000 años.

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Foto tomadas antes de la cobertura completa del sitio para protegerlo.a) Visión de conjunto de la colina artificial de Gobekli Tepe. Al primer plano, el recinto C. A la derecha el recinto D. b). Al primer plano, el recinto C; y detrás, de izquierda a derecha, los recintos A, B, y D.

Fue descubierto por la misión alemana dirigida por el arqueólogo Klaus Schmidt en 1995, lo cual cuestionó el paradigma aceptado hasta entonces, de que la agricultura fue la que nos permitió convertirnos en sedentarios y desarrollar conceptos religiosos.

A  partir de estedescubrimiento, toda nuestra concepción del pasaje del Mesolítico al Neolítico queda en entredicho. Ahora nos preguntamos de nuevo  cómo surgió la idea del nacimiento de los Dioses y cuál fue su cuna.

 

 

Localización

Göbekli Tepe, está situada en el límite Norte de la “media luna fértil” que se extiende desde Irak a Egipto, al Sudeste de Anatolia (región de la actual Turquía), a 15 km al Nordeste de la ciudad de Sanliurfa  (o Urfa).

Esta ciudad estaría vinculada al Abraham bíblico, pues incluso algunos pretenden que Urfa sería la ciudad de Ur, mencionada en la Biblia como la cuna de Abraham.
Urfa es un oasis, lo que podría explicar por qué Göbekli Tepe fue construida en sus proximidades. Una estatua de tamaño natural, de piedra calcárea,  hallada en Urfa y datada según el carbono entre 10.000 y 9.000 a.C.  la convierte en la estatua de piedra más antigua jamás hallada. Sus ojos son de obsidiana.

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Foto con la cobertuta

El lugar es una colina artificial de 15 m. de alto por un diámetro de 300 m. que cubre más o menos 9 hectáreas. No se ha encontrado ninguna construcción residencial. Esta colina está situada sobre el punto culminante de una montaña alargada. La cumbre de esta colina es un punto de observación que domina la región: se pueden ver los montes Taurus y Karacadag al Norte y  al   Este, y al Sur el Valle de Harán que se extiendehasta Siria.

En esta tierra vivían los ancestros de los primeros animales domésticos,  corderos y cabras salvajes, y crecían abundantes cereales silvestres.

Fue aquí donde se empezaron a cosechar la espelta, el trigo y los cereales, que  en el Neolítico fueron difundidos a través de Oriente Medio a toda Europa.

Las excavaciones
El paraje fue objeto de excavaciones a partir de 1995, bajo la dirección de Klaus Schmidt. Su equipo descubrió cuatro estructuras de piedras ovaladas de un diámetro máximo de 30 metros y mínimo de 10.
Los recintos más antiguos son los llamados A y D y se encuentran en el nivel III, que pertenece al Neolítico pre-cerámico  A, el cual data de 9600-8800 AC, y los dos últimos complejos del neolítico pre-cerámico B, entre 8800-8000 AC. Las estructuras están situadas en la vertiente Sur de la colina, orientada al Norte-Sur, con entrada por el Sur. Los soportes T centrales miran hacia el Sudeste.
Fuera de la colina se ha encontrado, en la meseta occidental, otro recinto llamado E, excavado en la roca, perteneciente a la época más antigua de Göbekli Tepe, aunque sus elementos han desaparecido completamente. Sobre la vertiente occidental de la colina se descubrió otro recinto circular en el 2007, pero con una orientación Sudoeste, que es el único por ahora dentro del conjunto,  situado en el pueblo de Nevali Cori (8400-8000 a.C.) a 50 km. de Göbekli Tepe.

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Recinto D en Gobekli Tepe. Alrededor de los pilares T centrales, se eleva una pared de piedras y de mortero de arcilla en el cual son insertados pilares T más pequeños, conformando la pared de recinto D.

Los arqueólogos han observado que los complejos fueron sucesivamente enterrados durante un período de 2000 años, produciendo así la formación de la colina artificial, lo que permitió el extraordinario estado de conservación del yacimiento.
Este complejo  es el más importante y también el más antiguo.

Cada estructura está rodeada por un muro de piedra quebrada, con intervalos de anchos pilares en forma de T. En el centro se erigen dos enormes monolitos de 5,5m. de altura y de un peso aproximado entre 15 y 20 toneladas.
Alrededor de los monolitos centrales se erige un muro de piedra y mortero de arcilla, en el interior del cual están insertados una decena de bloques siempre en forma de T, pero más pequeños, que miden entre 3 y 5 m. de alto y pesan hasta 10 toneladas.
Gracias a las comprobaciones geomagnéticas, se estima que al menos unos 15 recintos más de estructura idéntica quedan por excavar, probablemente algunos más antiguos, de 1000 a 2000 años.
La cantera utilizada es la misma colina. Con ayuda de picos de granito,  tallaron los monolitos directamente en la roca, y con palancas los hacían girar. Una vez elevados, los  llevaban con movimientos de remo hasta lo alto. Con unos 50 hombres, podían tallar la piedra y transportarla. Los investigadores piensan que  por lo menos 500 personas pudieron participar en las obras.

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Plano del santuario de Nevali Cori, pueblo situado a 50 km de Göbekli Tepe. Esta construcción, fechada en 8400 adC, está inspirada en Gobekli Tepe.

La disposición de los pilares en forma de T seguía unas reglas fijas. Aparecen siempre dentro de espacios circulares, que rodean a dos especímenes iguales (gemelos), caracterizados por su gran estatura y cuidadosa realización, y están aislados en el centro del santuario. Los numerosos pilares situados alrededor en torno de la pareja central, parecen delimitar el espacio sagrado, al estar unidos entre ellos por dos muros, que separan el interior del exterior. Apoyados contra los muros, se encuentran bancos de piedra a lo largo de todo el perímetro.
Estos recintos no se parecen a nada de lo que hasta hoy conocíamos.
Göbekli Tepe es mucho más sofisticado que Stonehenge y más de 6000 años más antiguo.

                   

Se supone que tiene 7000 años más que las Pirámides de Egipto.
Sin ruedas ni animales de carga, estos antepasados construyeron algo monumental. La proeza de tal obra requiere una organización compleja y mucha mano de obra  para poder realizar trabajos muy distintos, una organización similar a la construcción de las pirámides de Egipto.
El templo demuestra una maestría, un dominio de las técnicas de escultura que nadie creía posible hace tantos miles de años ¿Cómo estos hombres, que aún no conocían la agricultura,  pudieron concebir y planificar una obra semejante? Las competencias requeridas debían haber precedido en el tiempo a la construcción material del templo.

Simbolismo de los pilares en forma de T
Los primeros espacios sagrados de piedra creados por el ser humano no estaban cubiertos por un techo, y el centro estaba ocupado por un elemento muy recurrente: los pilares en forma de T. Realizados en piedra calcárea, estaban situados en el interior de un espacio que no siempre era circular, sino que tenían variantes ovales, poligonales o cuadrados. El diámetro mayor era el de la orientación Este-Oeste.

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Gobekli Tepe. Pilar T31 del recinto D, con bajorrelieve de un cinturón con símbolos de H e I, del que cuelga una piel de zorro.

El término “pilar” se aplica aquí en el sentido de “pilar sagrado del antiguo Egipto”, un grupo al cual pertenecen igualmente los obeliscos, que nunca han sido utilizados como soporte de ningún elemento arquitectónico de sostenimiento, sino que eran monumentos independientes. Como los obeliscos, los pilares en T no aparecen funcionalmente como soporte, al menos en su forma primitiva. Son de tamaño imponente y monumental.
La elaboración, el transporte y la posición de un pilar parece haber sido un componente importante de ceremonias, eventos y festividades. En otras palabras, este era el medio o el camino para lograr  una finalidad.

Klaus Schmidt afirma: “Con los pilares en forma de T el hombre creó, por primera vez, formas tridimensionales y cúbicas a gran escala (se han encontrado hasta  200 a día de hoy). Las superficies están trabajadas cuidadosamente de forma octogonal, rectas y planas. El resultado obtenido da la impresión de una construcción de pilares formados por 2 bloques separados, puestos el uno sobre el otro, pero esta percepción es falsa.

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Gobekli Tepe. Felino esculpido en un solo bloque; el animal depredador con su boca abierta parece ser uno de los guardianes de los pilares centrales (pilar 27 del recinto C).

 

Los pilares fueron construidos siempre de un solo y único bloque de piedra calcárea. Se trata de verdaderos monolitos, de un peso medio entre 5 y 10 toneladas. De ahí la pregunta de por qué se impone  esta forma particular en T. Se trataba de una forma simbólica desconocida fuera de los paisajes de la alta Mesopotamia. Sólo las Taulas de las Islas Baleares en España poseen contornos similares a la forma de T de Mesopotamia, aunque son diferentes en un aspecto importante, porque no son monolitos, sino que constan de dos bloques.”

Las inscripciones de los pilares en T muestran que no se trata de simples monolitos de piedra, sino de una representación antropomórfica estilizada

La barra de la T representa una cara humana de perfil, el cuerpo tiene los brazos pegados que se alargan para alcanzar la delantera la altura de la cintura, que lleva una hebilla en forma de H horizontal. El personaje va vestido con una piel de zorro.

La barra horizontal de la T simbolizaría entonces la cabeza de una persona  desde una perspectiva lateral. El mentón y el occipital son prominentes en comparación con las líneas anterior y posterior del cuerpo. “La figura representa un cuerpo humano de perfil. En la faz ventral de varios pilares encontramos dos bandas verticales, rectas y paralelas, reunidas siempre en forma de “V” a nivel del pecho, de manera que representan una prenda de vestir en forma de esclavina envolviendo su cuello y colgando por los costados del cuerpo, indicando que se trata de   una vestimenta con una gran carga de  poder simbólico”, dice el citado arqueólogo. Es muy posible que los “botones líticos” que se han encontrado en Gobekli Tepe sean parte de ese tipo de vestuario.

Fotografía 9- GT
Pilar con serpientes

Klaus Schmidt piensa que “es un signo de que no pertenecen a este mundo, sino al mundo espiritual;  no son humanos,  lo parecen pero no lo son;  puede que sean las representaciones más antiguas del mundo en lo que podría ser el templo más antiguo del mundo.”
No se puede reconocer si los pilares centrales son de sexo diferente. Klaus Schmidt piensa, inspirado por Levy Strauss, que es más probable que representen mellizos, tan frecuentemente habituales en los  temas mitológicos. “La representación clásica de la dualidad hombre/mujer, queda excluida después del reciente descubrimiento en el interior del recinto D, en el que los personajes de los pilares centrales lucen un cinturón en forma de H, y en el C, donde también se encontraron en las figuras de arcilla de la misma época, que son todas masculinas.”

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Gobekli Tepe. Representación de mujer en postura sexual. Única representación femenina encontrada; se trata de un grabado de mujer desnuda en una postura que podía ser la del parto o del acto sexual.

 

Se dice que esos pilares representan igualmente personajes masculinos, lo que refuerza  el simbolismo de los mellizos.

Sobre ciertos pilares, podemos ver numerosos animales sutilmente representados, (serpientes, patos, grullas,  toros, zorros, leones, jabalíes, vacas, escorpiones, hormigas…). Se distinguen también símbolos como el de la letra H, cruces, medias lunas, y barras horizontales o entremezcladas, lo que prueba, según Klaus Schmidt, que estamos ante una escritura simbólica que expresaría su visión mitológica en un lenguaje pictográfico.

Las estatuas guardianes de los pilares T
Nos encontramos con dos tipos de esculturas de alto relieve en el interior de los recintos: las que están integradas en los pilares T, y otras aisladas que parecen ser representaciones de jabalíes, zorros, tapires o ánades,  animales no nativos de la región. Estatuas del mismo tipo han sido halladas en Nevali Cori y en Nahal Hemar.

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Pilar T 38 con representaciones de zorro, jabalí y grullas, en el recinto C. Todas las representaciones animales miran al interior del recinto, para protegerla de intrusos.

Las esculturas halladas en alto relieve, de un solo bloque, son de un estilo muy naturalista, y representan leopardos, zorros y jabalíes. Estos animales parecen ser los guardianes de los pilares en forma de T.

Un detalle muy importante es el del animal predador, con el hocico abierto y una postura amenazadora con la cabeza agachada, como  puede observarse  en el pilar 27 del recinto C. Otro tipo es el jabalí que presenta unas mandíbulas con enormes defensas y puede encontrarse sobre el muro del recinto mirando hacia el interior.
Las representaciones más naturalistas que hallamos de las estatuas, ya sean animales o humanas, parecen representar personajes de nuestro mundo, poderosos e importantes, pero inferiores a los seres representados por los pilares T. Éstos parecen pertenecer a otro mundo,    podrían ser como los guardianes de la parte sagrada.

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Estatua Pre Sumer. Con una edad de 11.000 años, parece ser un antecedente de las estatuas sumerias de la Baja Mesopotamia. Su cara parece mirar algo más poderoso que él mismo

Todas las imágenes y representaciones encontradas en Göbekli Tepe son masculinas, ya sean de seres humanos o de animales, a excepción del grabado de una mujer desnuda, en una postura que podría ser  como para dar a luz  o bien para el acto sexual, hallado en el recinto rectangular de los pilares de los leones.

Se trata probablemente de divinidades estilizadas, guardianes del lugar atestiguados por su gigantismo y mostrando, por primera vez en la historia de la humanidad, la distinción entre el hombre y el animal por la capacidad humana de dominar la naturaleza. Hasta  el momento presente, en las obras de arte que encontramos pertenecientes a la prehistoria, habíamos visto muy pocas representaciones de seres humanos en posición de igual, no  inferior a la de los animales.
Los talleres de escultura en donde se crearon esas estatuas estaban situados sobre la misma meseta que los pilares no acabados hallados in situ. Se han encontrado palanganas en forma de bol y morteros en el interior de la roca, que se supone eran utilizados para hacer las esculturas a finales de Paleolítico.
Se distinguen formas fálicas y también motivos geométricos esculpidos en la roca, cuya datación sigue siendo desconocida. Son parecidas a las esculturas de Súmer y  Mesopotamia, así como a las encontradas en Asia Menor y Egipto de la misma época, como Biblos, Nemrik, Helwan y Tell Aswad.
En 2008 se encontró en Göbekli Tepe una estatua de poco menos de 70 cm que  representa a un hombre con barba, que parece un ancestro de las estatuas sumerias de la baja Mesopotamia. El rostro parece mirar ligeramente hacia lo alto, hacia algo más poderoso que él mismo; sus manos están posadas delante de su cuerpo a la altura del ombligo y no se representan los genitales, que permanecen invisibles.

Los templos son anteriores a la agricultura
A lo largo de las excavaciones se han encontrado gran número de esqueletos de animales: gacelas, jabalíes, ciervos, corderos. La mayoría de los huesos provienen de partes comestibles, lo que nos hace creer que fueran restos de comida, todos de animales salvajes. Los hombres de Göbekli Tepe eran cazadores y recolectores de frutas salvajes, era una sociedad pre-agrícola, a pesar de que durante mucho tiempo se creyó que lugares como Göbekli Tepe únicamente podían existir en el interior de grandes comunidades agrícolas, como los egipcios de miles de años más tarde.
En la zona del Creciente Fértil Turco los hombres eran sedentarios desde al menos mil años antes de la construcción de Göbekli Tepe, por lo que  eso no se hizo gracias a la agricultura. Probablemente habían comprendido que les era más beneficioso transmitir sus conocimientos a un grupo sedentario numeroso, más que a pequeños grupos  nómadas.
La colina no dispone de manantial de agua potable, por lo que  tenían que llevar su comida y agua para beber desde el lugar donde habitaban. Esto significa que no podían permanecer muchos días seguidos en el mismo lugar. ¿Dónde vivían entonces?

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Estatua de Urfa. De tamaño natural y piedra caliza, ha sido fechada mediante carbono, entre 10.000 y 9.000 adC, siendo la estatua de piedra más antigua

Según Bahattin Celik (Universidad de Harran), en Urfa se han hallado restos, depósitos de sílex, de una colectividad de hace 11000 años. En el museo de Urfa se encuentra la estatua de un hombre de hace 11000 años con incrustaciones de piedras en los ojos y una postura que recuerda los monolitos de Göbekli Tepe. Su rostro está muy bien definido, contrariamente al de los monolitos. Estatuas similares han sido halladas en Göbekli Tepe.
Evidentemente los constructores o fundadores de Göbekli Tepe sabían esculpir rostros con trazos bien definidos, pero decidieron voluntariamente no hacerlo así sobre los monolitos del templo. Probablemente lo que ellos querían representar era la presencia de seres sobrenaturales a los que los hombres no les podían ver el rostro porque residen en otra dimensión,  invisible a nuestros ojos.

Siempre se creyó que fue el descubrimiento de la agricultura lo que permitió que diversos grupos de cazadores aislados se unieran formando comunidades agrícolas, pero al parecer, la gran revolución cultural se produjo anteriormente a la revolución agrícola. Es el advenimiento de una nueva religión lo que fundamenta esta revolución cultural, en la cual los seres humanos se empiezan a considerar de un rango superior al de los animales. Göbekli Tepe sugiere que fue el deseo,  la necesidad de espiritualidad, lo que engendró la civilización.
El arqueólogo Gordon Childe, en la primera mitad del S XX, elabora el concepto de que la “revolución” urbana del Neolítico se inició en el Creciente Fértil y considera como un hecho que la agricultura liberó el hombre de la fatiga y del hambre, pero esta posición, hoy día, se considera demasiado simplista. El paradigma que propone se puede resumir de la siguiente manera: agricultura-sedentarismo-religión-templo.

En realidad, bajo condiciones climáticas favorables, como era el caso de esta región en esa época, las condiciones adecuadas para la caza y la recolección eran en gran parte menores que para la ganadería y el cultivo de cereales. Cuando los recursos naturales faltaban,  las poblaciones de la época se desplazaban hacia otros lugares. Queda claro, en fin, que la cultura que se desarrolla en el Neolítico, una vez domesticados las plantas y los animales y con las nuevas habilidades adquiridas, fue mucho más eficiente, pero no era una necesidad urgente para los cazadores-recolectores el convertirse en campesinos, ya que su subsistencia requería ahora menos esfuerzo.

El nuevo paradigma: religión-sedentarismo-templo-agricultura
Puesto que la distancia temporal entre la aparición de las estatuas sagradas y la invención posterior de producción alimentaria no está muy marcada (más o menos fueron dos milenios), se impone la hipótesis de relacionar estos dos fenómenos.
Existía en la región una red bastante densa de comunidades y pueblos o aldeas que intercambiaban sus productos, informaciones e individuos. En ese sentido, explica Klaus Schmidt, hicieron falta  reuniones periódicas  para esta sociedad compuesta por grupos reducidos, dentro de los cuales se intercambiaban objetos que no podían cambiar entre ellos o producir por su propio esfuerzo.
De esta forma se puede entender la importancia esencial de algunas rutas que, en función de los lugares centrales, permitían la comunicación entre las sociedades pre-neolíticas.
Pero aquellos lugares no eran ciudades, puesto que éstas aún no existían. Se trataba de santuarios, los cuales eran puntos de convergencia para los ruegos o peticiones sociales y económicas de los hombres de la Edad de Piedra. Eran lugares de reunión estacionales. Cazadores y recolectores se dispersaban por toda el área, realizaban sus reuniones y ponían en marcha todo un sistema de comunicación a diferentes niveles.

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Detalle de la pared del recinto C. Pilar izquierdo con símbolo en S e I.

Göbekli Tepe era uno de esos lugares de reunión donde predominaba la dimensión de lo sagrado. La enorme importancia de estos eventos en el proceso de la neolitización del Oriente Próximo fue reconocida recientemente por la investigación arqueológica (Dietler y Heyden).
Parece lógico que estas reuniones, que se aprovechaban para hacer intercambios, estuvieran acompañadas de grandes festejos.

Los huesos de animales encontrados en el lugar así lo sugieren. Son huesos rotos y vaciados de su médula espinal, lo que induce a pensar que son restos de comida. Los más numerosos son de gacelas, de uros  y también de onagros, jabalíes y ciervos.
“Cuando la gente se reunía allí para los festejos, se necesitaba mucha comida para alimentarlos y,  para facilitar esas necesidades constantes de alimento, los hombres tuvieron que dominar la naturaleza y pasar de una economía de depredadores a una economía de producción, adoptando la ganadería y la agricultura.”

Un festín bien organizado no se puede imaginar sin su dimensión culinaria: la invención de la domesticación suele estar estrechamente unida con ese tipo  de actividades, a la necesidad proveerse de alimentos y también de bebidas. Las primeras culturas de cereales suelen estar más bien en relación con la cerveza que con el pan.
Estos tipos de reuniones provocaban la asistencia de un gran número de personas, lo que no pasaba en épocas anteriores. La presencia masiva de gente en las fiestas también permitía arriesgarse para hacer grandes proezas colectivas, como por ejemplo la construcción de santuarios. Los primeros santuarios no naturales (grutas, bosques, manantiales…), aparecen provocando grandes innovaciones y tomas de conciencia trascendentales.
El paradigma que había propuesto Childe sobre el origen de la neolitización y que se podía resumir así: agricultura, sedentarismo, religión, templo, ahora se invierte y, a raíz de estos nuevos descubrimientos se convierte en: religión, sedentarismo, templo, agricultura.
A principios del año 1990, el estudioso de la prehistoria Jacques Cauvin avanzaba la hipótesis  de que el desarrollo de la religiosidad fue lo que  impulsó a los hombres a agruparse para vivir y celebrar sus rituales en sociedad. Göbekli Tepe podría darle la razón.
El paraje de Göbekli Tepe  atestigua claramente que la humanidad disponía en una época pre-agrícola de medios suficientes para erigir o situar un lugar de culto, imponiendo ideas que contradicen la hipótesis de que la agricultura sería anterior a toda construcción importante.
El arqueólogo de la Universidad de Standford, Iann Hodder recuerda: “Eso muestra que los cambios socioculturales advienen en primer lugar y  el agricultor más tarde.”

BIBLIOGRAFÍA
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Göbekli Tepe – The Stone Age Sanctuaires. New results of ongoing excavations with a special focus on sculptures and high reliefs, Klaus Schmidt, in Documenta Praehistorica XXXVII, 2010
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Naissance des divinités, naissance de l’agriculture. La révolution des symboles au Néolithique. Jacques Cauvin, CNRS Editions, Paris, 1997
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