Claudia Patricia Escobar Rúa
Introducción
El mundo simbólico de los pueblos es una gran ventana hacia la cosmovisión y los valores sociales que conforman las mentalidades colectivas. Acercarnos a ellos es acercarnos a lo más profundo que subyace en la cultura y abrir posibilidades para comprender el pasado, el presente y el futuro de los pueblos. Este artículo es un acercamiento a un complejo símbolo presente en todo el continente latinoamericano: el jaguar, cuyo origen se remonta al enigmático momento del poblamiento de América. A partir de ahí, podemos encontrar importantes vestigios de la presencia del símbolo en las más grandes civilizaciones
que han existido en el continente, así como la presencia de lugares de culto y mitos que dan origen a múltiples cosmogonías.
Así como en Latinoamérica en la actualidad, el símbolo del jaguar es uno y múltiple al mismo tiempo: contiene un sustento simbólico que lo caracteriza, pero está lleno de muchos significados que se matizan según cada contexto y rol específico. Quizás esta sea una buena vía para comenzar a comprender cómo desde la diversidad podemos encontrar puntos comunes de conexión que nos permitan sentirnos parte de una misma unidad, proyecto necesario para el presente y el futuro no solo del continente americano, sino de la humanidad en la actualidad.
El Jaguar desde la biología
El jaguar es el único felino de gran tamaño originario de América. Su nombre proviene de la lengua Tupí-Guaraní “yaguara” que significa el que caza de un salto y desde tiempos remotos, habita en 18 países de éste continente. Este animal exhibe una notable capacidad para adaptarse a diversos entornos, desde manglares y bosques de pino templado hasta desiertos y zonas montañosas. Sin embargo, muestra una clara preferencia por las selvas bajas tropicales y los bosques subtropicales situados a altitudes inferiores a mil metros. En estas áreas, encuentra una gran diversidad de vida, tanto animal como vegetal, así como acceso a fuentes de agua.
Aunque comparten similitudes con los leopardos que habitan en África y Asia, los jaguares
destacan por sus manchas más complejas, a menudo con un punto central distintivo. (Ver imagen 1).
Desde el punto de vista simbólico, es uno de los referentes latinoamericanos con mayor presencia en las diferentes culturas antiguas, a tal punto que algunos autores contemporáneos
empiezan a definir la “jaguaridad” como un elemento identitario de un continente diverso: “el jaguar era un factor fundamental de arraigo, pervivencia, reunía una gran cantidad de valores y elementos estructurales del pensamiento. De modo que el concepto de ‘la jaguaridad’ se volvió transversal en la forma filosófica de todos o de la gran mayoría de los pueblos indígenas, tanto como para llevar al jaguar al lugar más distintivo dentro de un pensamiento
cosmogónico y hasta entender el flujo de la propia existencia con esta especie” (Castaño Uribe, 2023)-
Presencia simbólica del Jaguar en las culturas latinoamericanas
A lo largo de los siglos, el jaguar ha desempeñado un papel central en las creencias y narrativas de diversas civilizaciones indígenas, creando un vínculo intrínseco entre lo divino, lo natural y la identidad cultural. En esta breve exploración, examinaremos la rica simbología que envuelve al jaguar, revelando su significado en mitos, y destacando su continua relevancia en
la cosmovisión latinoamericana.
Para muchas de las culturas de latinoamericanas pasadas y presentes, el jaguar no solo representaba la manifestación de la fuerza y la destreza en el reino animal, sino que también
se consideraba un vínculo directo con lo sagrado y lo espiritual. En muchos mitos, el jaguar se asociaba con deidades poderosas, encarnando la dualidad entre la vida y la muerte, la luz y la oscuridad. Además, su presencia en la selva era interpretada como un guardián de los secretos de la naturaleza y un guía en el inframundo, otorgándole un estatus especial en la cosmovisión indígena.
A continuación haremos un recorrido por las principales culturas latinoamericanas rastreando a
manera de una arqueología del saber, los diversos significados que son conferidos al jaguar en cada una de ellas.
El Chiribiquete (Colombia)
El Chiribiquete es considerado uno de los sitios arqueológicos con las dataciones más antiguas
de América 22.000 (AP). Está ubicado en la región amazónica colombiana y en él se encuentran más de 75.000 imágenes de arte rupestre, por lo que es considerada para muchos como la Capilla Sixtina de la Amazonía.
Las evidencias muestran además que dichas pinturas se han realizado desde 22.000 (AC) hasta el año de 1978 D.C, por lo que podría considerarse uno de los sitios en el mundo en el que se ha mantenido una tradición cultural de milenios, más o menos sin interrupciones.
Uno de los elementos más representativos de la serranía tiene que ver con las múltiples alusiones al jaguar y a los hombres jaguar, símbolo que luego estará presente en todo el continente. En los mitos cosmogónicos de la región colombiana en la actualidad, el jaguar nace de la unión entre el padre Sol y su hija la Luna. El padre Sol le encomienda la labor de protector del equilibrio de la tierra, y de interlocutor entre los hombres y lo divino, siendo así un símbolo que sintetiza y une las polaridades. Es tanto solar como lunar, por eso su piel es negra con blanca en la parte inferior, aludiendo a su origen
materno lunar, y amarillo con negro en la parte superior símbolo de su origen solar paterno. (Castaño- Uribe 2019 pág. 256) (ver imagen 1).
En el Chiribiquete se hace alusiones de manera reiterativa a cuatro soles y cuatro jaguares que
están entrelazados a un centro, aspecto que por demás es muy frecuente en la evidencia arqueológica y en las piezas etnográficas de muchas culturas y pueblos indígenas de Colombia y Suramérica (Castaño- Uribe 2019 pág. 256).
También es representado en los paneles como un hombre con cabeza de felino que dispone de la lanza sonajera, a manera de bastón de mando. (Ver imagen 2).
El Chiribiquete podría ser el primer centro de culto del jaguar en Latinoamérica; dada su ubicación y antigüedad histórica evidencian lo que será para culturas posteriores la imagen del jaguar.
Cultura Olmeca (Centroamérica)
En la civilización olmeca, una de las culturas madre de Mesoamérica, el jaguar desempeñaba un papel fundamental en la iconografía. No hay una deidad específica, pero el jaguar se asocia
con la regeneración y la fertilidad. Las esculturas colosales de cabezas olmecas, con rasgos felinos distintivos, sugieren la importancia del jaguar en sus creencias. La figura del jaguar en la cultura olmeca representa una conexión simbólica entre lo terrenal y lo espiritual. El sitio arqueológico de La Venta, perteneciente a la civilización olmeca en México, contiene monumentos y esculturas con figuras de jaguares.
Mayas (Centroamérica)
Los mayas fueron una civilización mesoamericana antigua que floreció en lo que hoy es el sureste de México, Guatemala, Belice, Honduras y El Salvador. Su civilización se desarrolló desde aproximadamente el año 2000 a.C. hasta la llegada de los conquistadores españoles en
el siglo XVI. En la cultura maya precolombina, el jaguar se asociaba con varios aspectos como el poder, la muerte, las prácticas chamánicas, el cielo nocturno y el inframundo, pero también con la agricultura y la fertilidad. Era considerado un animal poderoso y peligroso, portador de energías sagradas provenientes del inframundo y, aunque no se le consideraba una deidad, era un símbolo del poder supremo de las fuerzas nocturnas del universo. Su piel manchada se asemeja al firmamento estrellado, otorgándole dominio sobre la noche. (INAH, 2021)
En algunas ocasiones, se identificaba a los gobernantes con el jaguar y se les representaba portando cinturones, pectorales, sandalias o tocados elaborados con piel de jaguar. Incluso, los huesos del jaguar se usaban para fabricar bastones de mando. Todos estos símbolos conferían al gobernante características felinas relacionadas con el poder. (Ibid).
En el Popol Vuh, los héroes gemelos Hunahpú e Ixbalanqué se metamorfosean en jaguares para vencer a los señores de Xibalbá, el inframundo maya. Esta transformación simboliza la habilidad de trascender los límites de la realidad humana y acceder a un plano divino. Los mayas creían que el jaguar actuaba como intermediario entre el mundo terrenal y el espiritual, lo visible y lo invisible.
Balam-Agab o B’alam Agab es un personaje de la mitología maya. Su nombre significa «el jaguar de la noche» o «el jaguar nocturno» (balam, jaguar; agab, noche). Fue el segundo de los hombres creados a partir del maíz, después del Gran Diluvio enviado por el dios
Huracán para repoblar la Tierra. Simboliza la muerte y el renacimiento.
Aztecas (México)
Los aztecas, también conocidos como mexicas, fueron un pueblo mesoamericano que habitó el valle de México entre 1345 y 1521. Su mitología, rica y variada de imágenes simbólicas, tiene varias alusiones al jaguar. La primera de ellas está vinculada al dios Tezcatlipoca, deidad de la noche y la magia. Etimológicamente, su nombre significa “espejo negro humeante” o “señor del Espejo Humeante”.
Se creía que Tezcatlipoca podía transformarse en un jaguar negro, representando la dualidad entre la vida y la muerte. Esta asociación también se reflejaba en la creencia de que los guerreros caídos en combate se transformaban en jaguares
en el inframundo, resaltando la conexión entre la valentía en la batalla y la espiritualidad.
Chavín (Perú)
La Cultura Chavín fue una civilización antigua que prosperó en los Andes centrales del Perú alrededor de los siglos IX al V a.C. Su principal centro ceremonial, Chavín de Huántar, ubicado en el valle del río Mosna, fue un punto crucial de reunión y un influyente foco cultural en la región. Este complejo ceremonial situado a 3.000 metros de altura, tiene como representación central el Dios-Jaguar, bien sea en su totalidad o a través de varios de sus atributos tales como colmillos, garras, etc.
La imagen del jaguar es combinada con otras deidades tales como el halcón, la serpiente, y el mismo hombre, generando combinaciones antropomorfizadas de ricos y complejo significados. Tal es el caso de la Estela Raimondi (llamada así por el sabio italiano que hizo trasladar la estela a Lima) o el Cuchillón o Lanzón situado en un misterioso bloque de granito, en forma de cuchillo con mango, como caído del cielo y enclavado en la tierra, totalmente labrada con el Dios-Jaguar. Sus ojos miran hacia arriba; sus cejas y cabellos son serpientes; la mano izquierda tiende hacia abajo y hacia atrás mostrando el dorso, y la mano derecha muestra la palma hacia arriba y hacia adelante.
Si bien, no podemos constatar el rol y significado simbólico del jaguar para la cultura Chavín, sí podemos inferir su relación con el poder transformador, telúrico y de conexión entre diversos planos espirituales y materiales.
Inca (Sudamérica)
Entre los siglos XIII y XVI, surge una civilización precolombina en los Andes de América del Sur, los Incas. Dominaron un vasto territorio que incluía lo que hoy conocemos como Perú, Ecuador, Bolivia, Colombia, Chile y Argentina.
Se destacaron por erigir un gran imperio que se expandía a lo largo de la cordillera de los Andes, además de sus notables avances en arquitectura, ingeniería, agricultura y estructura
social.
Si bien el jaguar no fue un elemento central en la simbología Inca, si lo comparamos con la figura del halcón o del Sol (Inti), sí aparece asociado al dios creador Viracocha, y su capacidad
de transformarse en jaguar, como rol de protector del pueblo.
Además de las culturas aquí citadas, existen otras representaciones simbólicas del jaguar en Latinoamérica, tales como la cultura de San Agustín en Colombia, la cultura Guaraní de Paraguay, y varias culturas del Brasil y la Amazonia, entre otras.
Conclusión
Si bien son evidentes los múltiples significados del jaguar, podríamos definir tres roles de
convergencia en las culturas vistas:
▶ Conexiones de planos: el jaguar actúa como puente entre diversos planos, humano y divino, invisible y visible, día y noche, entre otros. Muchos de sus roles están asociados a custodiar puntos de pasaje, así como la transformación.
▶ Armonía por oposición: El jaguar personifica la dualidad y el equilibrio en la naturaleza y el universo. Representa la armonía entre fuerzas opuestas, como la vida y la muerte, la luz y la oscuridad.
▶ Poder y protección: es símbolo de poder y fuerza, cuyas cualidades están asociadas a la valentía, la destreza, la astucia, convirtiéndolo en un guardián y guía espiritual.
BIBLIOGRAFÍA
– Beauregard Solís, Graciela y otros. 2009. La cultura del Jaguar. Universidad Autónoma de Tabasco. Revista de Divulgación
– Castaño-Uribe Carlos. Chiribiquete. La maloka cósmica de los hombres Jaguar. Grupo de inversiones Suramericana S.A. 2019
– Castaño- Uribe, Carlos. 2023. Los indígenas fueron despojados hasta de ‘la jaguaridad’. Periódico Consonante. https://consonante.org/noticia/los indigenas-fueron-despojados-hasta
de-la-jaguaridad/
-INAH 2021 Balan el jaguar en la cultura maya. Mediateca INAH. https://mediateca.inah.gob.mx/ islandora_74/node/5284
– Complejo arqueológico Chavín de Huántar. 2014.
https://arqueologiaChavín.wordpress.com/2014/04/22/lanzon/
Procedencia de las fotos:
Foto 1: https://pixabay.com
Foto 2: Chiribiquete. Hombres con cabeza en C, o cabeza de jaguar. Tomada de Castañeda- Uribe, 2019
Foto 3: BALAM. El Jaguar en la cultura maya. https://mediateca.inah.gob.mx/
Foto 4: Tezcatlipoca https://matadornetwork.com/es
Foto 5: Lanzón. Complejo arqueológico Chavín de Huántar. 2014