Ubuntu la filosofía africana del respeto

María Angustias Carrillo de Albornoz

“Mandela se divertía con el sentido literal de los árboles genealógicos occidentales. En su visión, todos somos brazos del mismo gran árbol. Eso es Ubuntu.”
(El legado de Mandela, Richard Stengel)

Ubuntu es “uno de los mejores regalos que le ha dado África a la humanidad”, decía el desaparecido Desmond Tutu (1931-2021). Es una normativa ética basada en la creencia de que existe un vínculo humano universal que nos conecta a todos y nos capacita para superar cualquier reto al que nos tengamos que enfrentar, ya sea individual como colectivamente. Es una filosofía moral, una idea integradora de fraternidad, solidaridad y lealtad que nació en Sudáfrica y que ha influido en muchos
otros países, no sólo africanos -como Senegal o el Congo-, sino también en todo el mundo. Su objetivo es que toda la comunidad esté protegida, que nadie se quede solo o aislado, pues están convencidos de que “si un solo miembro de la tribu sufre una injusticia, les afecta a todos”.

Esta filosofía del respeto nace, en primer lugar, del respeto hacia uno mismo, pues si se niega lo sagrado que existe en cada uno de nosotros, vamos a negar también lo sagrado que hay en los demás. Ubuntu es el hilo dorado con el que se teje la concordia y la unidad del alma de los distintos pueblos, creando una comunión entre todos que los va a defender siempre, no sólo de ellos mismos, sino también de las amenazas del depredador extranjero.

Este concepto, que conecta a cada uno con su comunidad y con la tierra en que vive, ha enriquecido a muchos pueblos africanos estableciendo relaciones de empatía y solidaridad entre sus tribus y uniéndolos a todos en una convivencia pacífica por encima de sus grandes diferencias. Es una filosofía que ha sido la base de la prosperidad y la supervivencia para muchas de las comunidades existentes en África, tan distintas entre sí, que además se han visto amenazadas en los últimos tiempos por crisis naturales y humanitarias tan devastadoras como la sequía o el hambre. Los pueblos africanos que utilizan la filosofía del Ubuntu se sienten más inspirados para vivir en paz, superando con ella las dificultades de sus problemas cotidianos .

Los cinco pilares de Ubuntu

Ubuntu se basa en cinco pilares fundamentales, que son:
Autoconocimiento,
Autoconfianza,
Resiliencia,
Empatía
Servicio.

La igualdad absoluta e incondicional de todos los seres humanos, la dignidad y el valor de la vida, son igualmente principios en los que se apoya esta idea, y todos se sienten absolutamente responsables de
defenderlos por encima de cualquier otro objetivo. Cada vez que algún miembro de la comunidad es agredido, debe ser defendido sin vacilación por sus compañeros, y todos están llamados a esta acción fraternal a la hora de defender cualquier atentado contra la dignidad o la vida de cada uno de ellos, pues “todos somos ramas de un mismo árbol”, como decía Mandela.

Ubuntu reconoce la igualdad, la unidad y la diversidad como dones preciosos que el Creador ha otorgado a todas sus criaturas, y especialmente a cada ser humano, haciéndonos únicos e irrepetibles, lo mismo que cada animal, cada planta o cada piedra son todos distintos entre sí y no hay dos exactamente iguales. Ahí está el misterio y la maravilla de la Sabiduría y el Poder divinos. Esta riqueza que nos proporciona la diversidad étnica tanto como la cultural, religiosa o política, constituye una fuerza que debe servir de lazo de unión entre todos los pueblos, pues todos somos uno y conformamos una sola humanidad, aunque hoy nos llamemos con distintos nombres y presentemos aspectos externos, etnias y situaciones sociales muy diferentes. Ubuntu aplica como idea principal la noción de “unidad dentro de la
diversidad”
, y también afirma que cualquier generalización de una cualidad o defecto asociados a una identidad colectiva, está equivocada. No podemos generalizar hablando de rusos y americanos, españoles y franceses, de malos y buenos, pobres y ricos; hemos de hablar mejor de cada uno como persona, con su propio nombre y sus propias circunstancias, no contemplar sólo su aspecto externo y pasajero. Así debemos ver a Clara y a Roberto, a Inés y a Jorge, a Raquel y a Samuel como individuos, cada uno con su propia personalidad, pero, al mismo tiempo, no podemos olvidar que todos compartimos una misma naturaleza y un mismo planeta que es nuestra casa, a la que tenemos que cuidar y proteger, ya que la Tierra es también nuestra madre.

Ubuntu es una filosofía que comprende el mundo, no como una masa o suma de individuos, sino como una red global donde la humanidad se interconecta y es más que la suma de las partes.

La palabra “Ubuntu” proviene de las lenguas xhosa y zulú, ambas de origen bantú, y una traducción cercana sería “creencia en una conexión universal de compartir, que conecta a toda la humanidad.”
Otra traducción aproximada de Ubuntu sería “fraternidad”, lo que implica compasión y tolerancia, generosidad y empatía, en oposición al individualismo y al egoísmo tan desgraciadamente presentes en nuestras culturas contemporáneas.


Ubuntu es la idea fundamental de muchas otras lenguas africanas, donde quiere decir “humanidad” y “generosidad” al mismo tiempo. El viejo adagio bantú “umuntu, ngumuntu ngabantu”, que significa algo así como “somos personas a través de los demás”, muestra la interdependencia mutua inevitable en la condición humana, o bien la idea de que es más grande lo que nos une que lo que nos separa, pues, nos guste o no, los seres humanos somos individuos sociales que hemos de aprender todos los días el arte de la convivencia y la armonía entre todos.

El arzobispo anglicano y Premio Nobel de la Paz Desmond Tutu señaló, en más de una ocasión, que una persona “con ubuntu” es abierta y accesible a los otros, y se afirma en los demás en lugar de sentirse amenazada por las capacidades o los bienes ajenos. La propia seguridad nace de saber que pertenecemos a un conjunto formidablemente más grande y unido, y que si uno de nosotros es humillado, dañado, torturado u oprimido, también lo son todos los demás.

Una historia que resume la filosofía Ubuntu

Creo que la mejor forma de explicar la filosofía Ubuntu es a través de una historia popular muy difundida en el continente africano, que narra lo siguiente:

Había una vez un antropólogo experimentado que estaba trabajando en África estudiando los usos, costumbres y tradiciones de una antigua tribu local. Un día, buscando cómo divertir a los niños, les propuso un juego, para el que previamente había preparado unas frutas variadas y ricas golosinas provenientes de la ciudad; las dispuso todas cuidadosamente en una bonita cesta y las colocó bajo un árbol cerca de donde se reunía con los pequeños. Después les explicó en qué consistía el juego: al
escuchar su señal, debían correr todos hacia el árbol y el primero que llegara se apropiaría de la cesta con todos los regalos. Los niños, muy contentos, salieron corriendo al oír la señal y, cuando el primero alcanzó la cesta, sus compañeros, ansiosos y emocionados, se tomaron de las manos y se sentaron en círculo alrededor de él, que empezó a repartir entre todos los apetitosos regalos. El antropólogo, atónito, les preguntó por qué no había querido disfrutar en solitario toda la cesta el que se la había ganado corriendo para llegar el primero, y los niños, sonriendo felices, respondieron: ¡Ubuntu! ¿Cómo podría ser feliz uno solo de nosotros, si los demás se quedan tristes?

Ubuntu significa Soy porque somos

“Todo lo que vive tiene un alma. La Tierra es la Madre de todo lo que tiene vida, el lugar común de las generaciones pasadas, presentes y futuras”. Estas rotundas afirmaciones han sido siempre mantenidas y transmitidas por todas las tradiciones orales de África. El concepto global de Ubuntu, que remite también a una idea de justicia reparativa en lugar de punitiva, está asociado en las tradiciones africanas con distintos nombres y matices, pero integrados todos en el reconocimiento de un mismo germen inspirador: la asunción del adversario o el delincuente como un elemento de la comunidad que puede ser perdonado y al que hay que recuperar para reintegrarlo en la tribu. El rechazo de la pena capital como resolución de conflictos, la reconciliación y la concordia son igualmente puntos básicos. El individuo posee su
propia significación fundamental en la colectividad, la cual no puede dejarlo de lado sin
más o prescindir de él sin sufrir una pérdida importante todo el conjunto.

Ubuntu ha sido una noción cardinal en el proceso de reconciliación africano de los años noventa por medio de los Tribunales de la Verdad, presididos por el primer obispo de color Desmond Tutu, que ganó el Premio Nobel de la Paz en 1984 “por su constante lucha contra el apartheid”, y de los que también Nelson Mandela fue uno de los principales promotores tras ser liberado en 1990, después de haber permanecido 27 años en la cárcel. De la mano de su esposa Winnie, Mandela abandonó la prisión para poder vivir por fin como un hombre libre. Un fuerte cordón policial retenía a la multitud que esperaba entusiasmada al líder sudafricano y no dejaba avanzar el coche que llevó a Mandela ante cientos de miles de seguidores que abarrotaban la Plaza del Ayuntamiento en Ciudad del Cabo.

Era el principio del fin del “apartheid”, la segregación racial que diferencia a las personas según el color de su piel y limita los derechos de los africanos. Años más tarde Nelson Mandela, en su discurso durante la recepción del Premio Nobel de la Paz en 1993, se refirió a Ubuntu como una cosmovisión orgánica o filosofía puramente africana, por la que se entiende, se reconoce y se asume que herir a cualquier persona significa herir al resto de su comunidad. Mandela definió Ubuntu como una forma de pensamiento que aboga por el trabajo en equipo, el respeto, la confianza y la honradez. Ubuntu se muestra así como una ética y una ideología típica de los pueblos africanos, centradas en la relación fraternal de unas personas con otras y en su vinculación entre ellas. Parece tener más que ver con una cosmovisión que con una idea política aislada de otros modos de racionalidad familiar, religiosa o social.

Ubuntu y Satyagraha, dos filosofías para construir la paz

Satyagraha fue el término usado por Gandhi para hablar del movimiento social no violento iniciado en Sudáfrica para la defensa de los derechos de los ciudadanos indios radicados allí, y que continuó luego en la India, luchando por la independencia de su país y por la mejora en las condiciones de vida de sus compatriotas.
Hay que resaltar la función que ejerce como herramienta para transformar la sociedad en un colectivo de individuos capaces de comunicar sus necesidades, de negociar y llegar a acuerdos sin recurrir a la violencia. Gandhi utilizó el Satyagraha en Sudáfrica, al igual que el Ubuntu ya existente allí, como medio para resolver los problemas sociales de su pueblo. La esencia de su propuesta no solo era un método para resolver conflictos, sino todo un recurso de carácter pedagógico para la construcción de una sociedad madura y centrada en el individuo. Es un método que tiene como objetivo la construcción de una sociedad capaz de abrir paso a múltiples posibilidades de existencia en las que la constante sea el dinamismo marcado por los individuos que la componen y la erradicación de la violencia como medio para la obtención de fines políticos y sociales. Gandhi fue producto de una necesidad para el siglo XX, un siglo dramático marcado por el impacto de las guerras mundiales, de los campos de concentración y el exterminio étnico. Su pensamiento retó al discurso del poder occidental, poniendo en tela de juicio el tema de la violencia, de sus causas e implicaciones éticas y políticas. Gandhi se vio en la necesidad de desarrollar todo un marco conceptual distinto y alternativo a la violencia, no solo para Occidente, sino
también para la India ancestral y para implantarlo en todo el mundo, pues estaba convencido de que la paz es una tarea en la que todos los pueblos deben colaborar y comprometerse activamente.

La Nación del Arco Iris

Resumiendo, podemos decir que Ubuntu nace para la cooperación, la empatía y el respeto. Aboga por un mundo más justo y responsable, teniendo en cuenta a todas y a cada una de las personas que habitan el planeta. Por eso, como le gustaba repetir a Desmond Tutu, las “personas ubuntu” son abiertas, comunicativas y cuidan al otro; saben que no están solas en este mundo, que forman parte de una gran totalidad, y que si uno cae, los demás también van a sentirse arrastrados a la caída.

Dados los tiempos que corren, creo que la humanidad se encuentra ahora en un punto crucial en el que necesitamos con urgencia poner en práctica las ideas que nos ofrece la filosofía Ubuntu. Es importante, ahora más que nunca, descubrir y copiar las buenas prácticas de otras grandes culturas y tradiciones que existen en todo el mundo; pero no basta sólo con conocerlas. Es el momento de aplicar en nuestra vida todo lo que hemos tenido el privilegio de conocer, a fin de lograr una sociedad global más justa y sostenible, trabajando por ello y, por supuesto, sin dañar nuestro entorno.

Sigamos el ejemplo de “Madiba”, palabra que significa “padre” en lengua xhoxa, y es el nombre que con cariño y respeto le dan a Mandela como “Padre de la República de Sudáfrica”. Él creía en la unidad del pueblo africano y en la reconciliación nacional y, por encima de todo, rechazaba el rencor, que nunca tuvo hacia los que le apresaron injustamente dejando solas a su mujer y a sus dos hijas pequeñas. Winnie se convirtió desde entonces en todo un símbolo de resistencia sacando adelante a las niñas, que ya habían formado sus propias familias el día que su padre abandonó la prisión.

«He luchado contra la dominación blanca y contra la dominación negra. He albergado el ideal de una sociedad libre y democrática en la que todas las personas convivan en armonía e igualdad de oportunidades», afirmaba el gran Madiba. Su legado inmortal será siempre un símbolo de paz, no sólo en África, sino en el mundo entero. El Sur de África, la tierra donde nació el Ubuntu, ha sido, muy posiblemente, la base inspiradora de la reconciliación en las primeras elecciones multirraciales, con Nelson Mandela elegido como primer presidente negro de su país en 1994.

Sudáfrica sigue siendo un auténtico mosaico de pueblos y etnias: hay 11 idiomas oficiales y una increíble diversidad de costumbres, artesanías, bailes y tradiciones locales. Esta riqueza cultural única le valió el apodo de “Rainbow Nation”, la “Nación del Arco Iris”, pues éste luce permanentemente en su accidentado paisaje como un signo luminoso de paz y de esperanza para el mundo.

Bibliografía:

https://www.publico.es/psicologia-y-mente/ubuntu-la-filosofia-africana-del-respeto/
https://www.redalyc.org/pdf/393/39348723011.pdf
https://es.wikipedia.org/wiki/Ubuntu_(filosof%C3%ADa)