La relevancia de la Filosofía en la educación preescolar

Anat SELA

Este artículo fue publicado en la revista académica “Mofet” para investigación, redacción y desarrollo profesional de la formación docente, Vol. 49, 2012

Hace unos años me encontré con un amigo que no había visto en mucho tiempo. Después de ponernos al día mutuamente con nuestra situación personal, me preguntó si iría a visitar a su padre, el cual me recordaba con cariño y frecuentemente preguntaba sobre mí. Me alegré de encontrarme de nuevo con un animado amante de la vida, que inmediatamente me preguntó acerca de mi profesión. Cuando respondí «Educación» frunció el ceño, y preguntó con dolor: «Cuando llegue el momento, ¿prevalecerá?” No entendí lo que quería decir, así que comencé a describir lo que hago, enfatizando que no se trataba sólo de exámenes. Él interrumpió mis palabras, repitiendo la misma pregunta: «Cuando llegue el momento, ¿prevalecerá?” La interrupción y su dolorosa expresión dejaron claro que no se refería a la educación formal de los niños, sino a algo más allá, algo que él, como sobreviviente del Holocausto, reconoció y experimentó como «El Espíritu Humano”, si está presente o ausente.

Este artículo contiene una sugerencia para educar al Espíritu Humano sobre la base de la filosofía antigua, de tal manera que pueda prevalecer cuando el momento llegue. No se trata de lograr estándares o habilidades diversas que tampoco las contradiga, porque la consecución de los logros académicos no debe oponerse a una educación con valores humanos. Creemos que la conciliación de valores y estándares puede llevar a resultados significativos en la educación. En palabras del rabino Kook, uno de los más célebres e influyentes del siglo XX, «El amor a la gente debe mantenerse vivo en el corazón y en el alma, el amor de todo ser humano y el amor de todas las naciones, la aspiración por su elevación y prevalencia, tanto espiritual como material «(Kasher y Namdar, 1994((Kasher, A., Namdar, A. (1994). Virtues and Emotions, In Hebrew.)) En otras palabras, para reconocer el espíritu humano, primero hay que lograr una síntesis que esté por encima de las distinciones interpersonales e interdisciplinarias, una síntesis que no separe el espíritu de la materia, lo similar de lo diferente, lo lejano de lo cercano; una síntesis que apunte a la prevalencia y elevación. La filosofía, cuyo objetivo final en la vida humana es, según Platón, no un resultado sino un proceso continuo y requiere transformación. Williams (1998)(Williams, B. (1998). “Plato, the Invention of Philosophy”, article in The Sense of the Past: Essays in the History of Philosophy. Princeton University Press.)) escribió que un hombre será capaz de cambiar su vida investigando los cambios que deben hacerse a través de la dialéctica en materias tales como la metafísica del ser, que deben ser llevadas a cabo no para lograr una conclusión moral superior sino con el propósito de hacer las cosas bien. Estas palabras nos llevan de regreso a «cuando el momento llegue» para que prevalezca el Espíritu Humano, un momento (tiempo) que no está ligado a un momento histórico específico, sino que es relevante para cualquier momento de nuestra vida cotidiana humana.

Por lo tanto, si hay algo que podemos llamar «El Espíritu Humano» cuyo objetivo es «hacer las cosas bien», es importante que sepamos qué tipo de alimento necesita y cómo nutrirlo para que sea fuerte y duradero en los momentos de pruebas.

Desde los Pre-Socráticos la Filosofía ha estado relacionada con la Educación del Espíritu Humano. Como escribe Pierre Hadot (1995) ((Hadot, Pierre. (1995). What is Ancient Philosophy? Belknap Press; New Ed edition, March 15, 2004)), la filosofía tiene los aspectos prácticos y las teorías que se refieren a una de las demandas básicas de la mentalidad griega: la voluntad de educar y dar forma. Su libro ¿Qué es la Filosofía antigua?, presenta la filosofía -sobre todo- como una elección de un modo de vida y como una práctica espiritual, cuyo objetivo es fortalecer la elección primera. Hadot, uno de los historiadores más célebres en la investigación de la filosofía antigua, profesor emérito del Colegio de Francia, es consciente de que el uso del término «espiritual» puede ser polémico, pero insiste en utilizarlo. Dice que ninguno de los otros adjetivos como «psíquico», «moral», «ético», «intelectual», «del pensamiento» o «del espíritu» puede cubrir todos los aspectos de la realidad que él desea describir. El motivo común para cualquier práctica espiritual –dice- es que está destinado a crear un cambio en el practicante.

Entonces, ¿cuáles son estas prácticas espirituales?, y ¿pueden ser relevantes para la Educación de hoy?
Pierre Hadot describe algunos de ellos en otro de sus libros, Filosofía como modo de vida(( Hadot, Pierre. (1995). Philosophy as a Way of Life. Blackwell Publishing.)) Los traemos aquí junto con algunos ejemplos prácticos de la educación preescolar en Israel. Aunque estos ejemplos tenían una intención inicial diferente, busco mostrar que están relacionados con prácticas espirituales.
Aprender a cómo vivir. Siguiendo las escuelas helenísticas y romanas, la filosofía no es una colección de ideas, sino una práctica en el arte de vivir. La acción filosófica se sitúa no sólo en la cognición sino también en la distinción entre el “Yo” y el “Ser”. Hadot menciona varios ejercicios que incluyen atención, escucha, estudio profundo, autocontrol, lectura, reflexión, recuerdo de cosas buenas y cumplimiento de deberes, aprendizaje del físico (gimansia) y desarrollo de la imaginación.

Un ejemplo práctico de este principio es un «círculo de agradecimiento» en uno de los centros preescolares de Israel. Hacia el final de la jornada escolar, los niños están sentados en un círculo, donde se les anima a agradecer a uno de sus amigos. La regla es que ningún niño puede ser mencionado más de una vez en un círculo específico. Me conmovió escuchar a los niños de 5-6 años dando gracias por la verdadera amistad, por la ayuda que recibieron de un amigo, por el agradable juego con un amigo, etc. Una chica dio gracias a su amiga que le preparó una bolsa de vacaciones, porque su madre dio a luz a un bebé y no pudo hacerlo. Esta sencilla práctica da espacio y aumenta la conciencia, la atención, la escucha y la reflexión, el recuerdo de las cosas buenas y el compartir.

Aprender el diálogo socrático. Hadot se refiere al diálogo no en el sentido del debate ni tampoco con el propósito de enseñar y aprender, sino para crear un espacio para el discurso quepermita la práctica espiritual mutua. Durante la práctica los participantes ejercen el «Conócete a ti mismo»; su atención, escucha y autocontrol se ponen a prueba; tienen la oportunidad de escucharse a sí mismos y de escuchar a otros, desarrollar su pensamiento y formas de expresión; cambiar, adoptar una nueva perspectiva, calificar actitudes y certezas.

El siguiente evento ilustra una experiencia que no llegó a un fin exitoso, pero los niños y el maestro aprendieron mucho en el proceso. Los niños mostraron mucho interés en las hormigas que vieron en el jardín, por lo que el profesor decidió comprar un hábitat de hormigas para que pudieran observar y dar seguimiento a la actividad de las hormigas. El hábitat fue construido de acuerdo con las instrucciones; las hormigas fueron recogidas, el agua de azúcar y migas de pan se pusieron en el interior. Después de un día, todas las hormigas murieron. Los niños estaban muy decepcionados. Durante el día siguiente leyeron las instrucciones de nuevo y repitieron los procedimientos, pero una vez más las hormigas murieron. Los niños se preguntaban: «¿Por qué no funciona esto?» «¿Por qué mueren las hormigas»? Ellos plantearon varias suposiciones pero tuvieron que descartarlas todas: «¿Quizá no seguimos las instrucciones»? «Pero las comprobamos, dos veces».

-«¿Quizás no les dejamos suficiente comida»? «Si lo hicimos. La comida sigue allí».
-«¿Tal vez no tenían suficiente aire»? «¡Sí hay! Este hábitat de hormigas tiene agujeros especiales para el aire».
Un niño dijo: «Este hábitat no es adecuado para ellas; está dentro de un salón de clases y está hecho de plástico. Están acostumbradas a estar fuera. La naturaleza es su hogar. Ellas necesitan su hogar real». Y todos los niños acordaron seguir observando a las hormigas en su entorno natural.
Este sencillo diálogo nos proporciona varias ideas que los niños tienen:

1. Parece que los niños comprenden que lo correcto (o su éxito) no es que construyan un hábitat de hormigas, sino que las hormigas puedan vivir en un hábitat. El hecho de que las hormigas murieron es prueba de que la acción no tuvo éxito.

2. Cuando una acción no tiene éxito, es importante repetirla y comprobar ¿por qué? ¿Existió alguna inexactitud? ¿Falta un detalle o una etapa? Esto es importante realizar el análisis a través de la identificación y aislamiento de variables.

3. Las hormigas son seres vivos que necesitan agua, alimento y aire.

4. Las hormigas son seres vivos que se adaptan a su entorno natural, que es la tierra. Por eso es mejor estudiarlas en su entorno natural.
Los niños que participaron en el diálogo tuvieron la oportunidad de poner a prueba su atención, escucha y autocontrol; podían escucharse a sí mismos y escuchar a otros, adoptar una nueva perspectiva y verificar o descartar suposiciones. No llegaron a una conclusión de por qué el hábitat artificial no funcionó, y no se extendieron en concluir que ningún hábitat artificial será bueno para ninguna hormiga. Pero en su humilde conclusión hay una base de empatía y solidaridad sobre la cual el maestro puede seguir diseñando experiencias educativas en otras áreas.

En otra escuela preescolar, una enojada niña de 5 años se acercó llorando a la maestra para quejarse de un niño que la golpeó. La maestra pidió a la niña que fuera a llamar al niño para que viniera a discutir lo que pasó. El niño llegó ruborizado y avergonzado. La maestra le pidió a la chica quejosa que comenzara a contar lo que pasó.

– «Él vino a mí y me empujó, y me caí»- dijo.
-¿Y cómo te sentiste? -preguntó la maestra, dándole a la niña la oportunidad de procesar y expresar no sólo la secuencia de los acontecimientos, sino también sus sentimientos al respecto. Después de que la niña contestó, la maestra preguntó al niño:
– «¿Cuál era tu intención?» Al parecer, quería jugar con ella, pero ella no lo entendía y, por lo tanto, lo ignoraba. Cuando se quedó sin gestos para expresar su atención, él la empujó para llamar su atención.

Este diálogo mediado no tenía la intención de culpar o castigar. La chica se sorprendió al descubrir que quería jugar con ella. El chico recibió comentarios de que sus medios de comunicación no estaban claros. Cada uno de ellos amplió su visión de sí mismo y de la realidad.

Aprender a morir. Este es un título que asusta pero es una cita verdadera. Lleva demasiadas interpretaciones negativas, decadentes y contemporáneas. Sin embargo, para mí, su importancia en la educación radica en el significado de «No por cualquier medio», o «No a cualquier precio». Por ejemplo, no intentar ganar aceptación social, logro intelectual o ganancia económica, a costa de los principios y valores. Se trata de aprender a dejar morir las pasiones que pueden conducir a la traición del espíritu humano. En la educación, se puede expresar manteniendo los principios y la no-recaudación de cualquier deuda. Esto puede parecer relevante especialmente para la adolescencia, cuando la identidad individual se establece “junto con” y “en contra de” la sociedad. Sin embargo, encontramos que también es relevante para los niños en edad preescolar.

Cada maestro y padre conoce el fuego apasionado que se enciende cuando dos personas quieren lo mismo al mismo tiempo. Esta «cosa» puede ser un juguete, un libro o una parte justa si un niño piensa que el otro consiguió «la mitad más grande». En gran medida, este fuego es alimentado por demandas enojadas, como «MÍO» o «¡Ahora!». Sabemos que los adolescentes pueden recurrir a agradar al oponente incluso a costa de pisotearse a sí mismos. Sin embargo, los padres también pueden comprometer valores y principios por la pasión de complacer a sus hijos.

Los profesores experimentados invierten en disciplina, procedimientos y normas de acción, durante los primeros meses del año escolar. Cuando el espacio para la acción, el movimiento, el discurso y el ser está bien definido, es más fácil para los niños pequeños navegar, conducirse y transformar los instintos en un comportamiento cultural honorable.

Aprender a leer. La lectura de los textos de los antiguos filósofos nutre la perspectiva que se describió anteriormente, y dirige nuestra atención a las expresiones diarias de estas ideas. Nos olvidamos de cómo leer -escribe Hadot, cómo detenernos, cómo liberarnos de la preocupación, cómo volver a nosotros mismos, cómo abandonar nuestra búsqueda de la sublimación y la originalidad, y necesitamos todo eso para poder reflexionar y permitir que el texto hable a nuestros corazones. Esta es una práctica espiritual, y quizás la más difícil de todas. Goethe la menciona diciendo que «la gente común no tiene idea de cuánto tiempo y esfuerzo se necesita para aprender a leer. Tengo 80 años de práctica y todavía no puedo decir que he alcanzado la meta».

La nutrición espiritual está más allá del cerebro analítico. A través del Mito, el Símbolo y la Ceremonia se obtienen la ética, los valores y los prototipos que son los cimientos de la cultura. Con la luz que aporta la educación se permite la conexión con el legado y con una larga cadena de personas, valores y decisiones. Mantienen la memoria de la familia, la tribu, la nación y la humanidad más allá de la religión, la raza y la nación. Sin ellos, la humanidad se reduciría a las bestias inteligentes. Los mitos nos dicen cosas acerca de hombres y mujeres que no son perfectos, pero que apuntan a la perfección. Aquellos que escuchan Mitos pueden identificarse con el héroe y encontrar en sus corazones un eco a su integridad, valentía, diligencia y persistencia. La educación del espíritu humano está en el fortalecimiento de este eco y el desarrollo de la capacidad de vivir de acuerdo a los valores.

Las prácticas espirituales sugeridas por Pierre Hadot no se limitan a ninguna disciplina. Tienen casi todos los componentes necesarios para desarrollar un proceso educativo profundo y significativo entre el maestro y los niños y entre los propios niños. Pueden nutrir las habilidades cognitivas, así como la identidad, la cultura, las relaciones maestro-discípulo, las relaciones interpersonales y sociales. Combinan «Conócete a ti mismo» junto con “Conocer al otro” a través de la experiencia de que somos una humanidad. Alexander Barzel escribió: «La libertad sólo existe en las relaciones… El hombre no tiene otra opción que actuar en el mundo con sociedades visibles o invisibles… La solidaridad es necesaria en el nivel de la conciencia…»Ama a tu prójimo como a ti mismo» necesita ser entendido, no como usted se ama, sino, que su vecino es como usted. Lo que te conecta es la solidaridad «Kasher & Namdar, 1994.((Kasher y Namdar, op.cit.))

Quiero terminar con una historia que escuché en la radio mientras conducía.
Hace unos años, un anciano fue declarado «Justo entre las Naciones» por esconder a los judíos en su granja durante la Segunda Guerra Mundial. Una pequeña ceremonia se celebró para él en una pequeña ciudad en los EE.UU., y un reportero fue enviado a entrevistarlo. El reportero le preguntó qué le llevó a hacer lo que hizo mientras arriesgaba su vida y la de su familia. El anciano parecía confundido, y el periodista suponía que era porque era muy anciano, o tal vez no oía bien o no entendía su inglés. Después de repetir la pregunta lenta y claramente, respondió: «No entiendo la pregunta, ¿qué otra cosa podría haber hecho?»

Soy consciente del riesgo que asumo al concluir con una historia que nos envía de vuelta al tiempo de la prueba mortal más grande de la humanidad con la que empecé. No debemos olvidar que la mayoría de los momentos de prueba que nos acercan a ser llamados «humanos», son pequeños, sin fama y frecuentes. Son fáciles de perder, no hay fotógrafos, y no se dan honores. Tal vez por eso es tan difícil vivirlos humilde y verdaderamente.

Fernand Schwarz escribe ((Schwarz, F. (2008). Mitos, ritos, símbolos. Antropología de lo sagrado. Editorial Biblos.)): «Hoy hay la necesidad de un hombre que pueda traer la armonía a los opuestos que encuentra en sí mismo y en los otros, más que de expertos en cualquiera de las disciplinas. Hay la necesidad de un hombre que pueda combinar nuevos elementos en su conciencia sin conflicto entre lo viejo y lo nuevo. Este Hombre puede ser llamado «Integral» o «Pluralista». El Hombre Integral será capaz de lidiar con la vida sin usar una armadura, que no es más que un disfraz de su fragilidad interior. Para lograrlo es necesario un cambio de actitud, desde la exclusión y la fragmentación hasta la integración y armonización».

La filosofía antigua es relevante para la experiencia educativa y es un método para ayudar a cualquier ser humano en el cumplimiento de su potencial, no sólo para beneficio del individuo, sino para la promoción de la sociedad en su conjunto.