Reflexiones sobre Hermes

Patricia Elena Aguilar Javier

A Hermes

Canto a Hermes Cilenio Argifontes que impera en Cilene y en Arcadia, abundante en rebaños, utilísimo nuncio de los inmortales, a quien dio a luz la venerada Maia, hija de Atlante, habiéndose unido amorosamente con Zeus;… Salve, Hermes, causante de alegría, internuncio, dador de bienes.
(Himno IV, Himnos Homéricos)

Según una leyenda de Arcadia, en la región del Peloponesio, el culto a Hermes se remonta a una época muy antigua. Este dios era venerado especialmente por todos los pastores bajo los nombres de Nomio (pastoril) y Epimelio (protector de los rebaños). Pero sus atributos primitivos fueron desarrollándose hasta el punto en que el dios mismo se trasformó de un humilde pastor a Heraldo de los Dioses y bienhechor de los hombres.

Cuenta la antigua leyenda de Arcadia que Hermes nace en una gruta, en el preciso momento de la noche y del alba en que encuentra dormidos a los hombres y a los mismos dioses. De ahí que buscar definir exactamente la naturaleza de este dios lleva

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Hermes Logios, Maestro de la Elocuencia, Museo Nacional, Roma

un arduo trabajo, debido a su ambigüedad y aparentes contradicciones. En esta exposición, se reflexionará sobre algunas de las cualidades, roles y funciones que presenta el Hermes griego, particularmente en su rol de Guía y Protector de los Viajeros, y su relación con el Filósofo Peregrino.

Si bien se distingue como más antiguo a un Thoth Hermes egipcio, mencionado por Platón, se cree que posiblemente representa no a un personaje en particular, sino más bien a una colectividad fundada en tiempos muy antiguos por un mítico Maestro nombrado también Hermes. En este caso, vale mencionar algunos conceptos abstractos con los cuales se le asocia y a los que representa, tales como: Logos, Sabiduría (artes y ciencias), así como también se le atribuyen las cualidades de Escriba, Inventor del lenguaje escrito, Maestro de la Elocuencia, Juez y Mensajero, entre otras.

Esos mismos conceptos, cualidades y funciones del Thoth Hermes serán traspasados, con sus propias modalidades, a la tradición mítica griega. Pero a diferencia del símbolo más profundo que encontramos en el Hermes egipcio, quisiera reflexionar sobre un aspecto más cercano a lo humano que recrea el símbolo del Hermes griego, con las más diversas atribuciones.

El Canto Homérico narra que Maia “da a luz a un hijo de multiforme ingenio… Nacido al alba, al mediodía pulsaba la lira y por la tarde robaba las vacas del flechador Apolo.” Hermes es fruto de la multiplicidad fecundada por la Voluntad Divina, representada por Maya adormecida en la noche. El hijo de la Voluntad Una tendrá la facultad de actuar en muchas formas entrelazando los tres mundos: el Espiritual (Divino), Intermedio (Humano) y el Inframundo. Pero esta acción multiforme también se presenta en aparentes contradicciones en las aventuras de Hermes.

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Hermes y Atenea, Museo Nacional, Roma

Llama la atención que el canto menciona ya desde el inicio una cualidad del dios recién nacido: su ingenio inventivo y astuto, así como también la movilidad de acción que tiene en el tiempo, y como emprendedor de viajes. De esta manera, Hermes se inicia en su primera aventura de riesgo, la cual aparentemente no tiene sentido ya que todavía es un niño. Sin embargo, pareciera que el niño Hermes tiene ya un propósito en mente, que es conseguir el ganado que pastorea su hermano Apolo (Sol-Sabiduría), y de hecho lo logra con mucho ingenio, aunque casi arriesga perder la primera relación con su hermano. Llevado ante Zeus por Apolo, su padre le ordena entregar a su dueño el ganado escondido en una cueva.

Hermes cumple el mandato y también logra una buena reconciliación con Apolo al regarle un instrumento musical que él mismo inventó: la lira. Como sabemos, Apolo queda encantado con tan maravilloso instrumento y a cambio obsequia a Hermes el caduceo (con el poder de distribuir bendiciones y prosperidad a los demás) y el poder de la profecía, pero no para comunicar sus revelaciones del futuro con palabras (como lo hace Apolo), sino a través de signos y circunstancias que otros deben aprender a descifrar en la naturaleza.

La astucia de Hermes le permite siempre conquistar la simpatía de los inmortales: Zeus le confiará ser su Mensajero y Heraldo, y Apolo, dios de la Luz y la Verdad, se convierte en su mejor amigo. Las palabras de Hermes son muy convincentes y vitalizan sus acciones, de ahí que se le atribuya la facultad de la elocuencia y el don de la persuasión. Por lo tanto, se convierte en el verdadero y perfecto heraldo de los dioses. Hermes es entonces para los griegos el dios de la palabra y de la inteligencia, de la táctica y el acertijo, pero viene siempre a servir de buen mediador entre los dioses y los mortales.

Con esta facultad de saber transmitir los mensajes divinos, Hermes viaja por todas partes entrela Tierra y el Olimpo. La soltura con que realiza sus actividades representa un ideal de belleza, agilidad y juventud. Representa la efectiva comunicación que fluye en todas las direcciones. Con las funciones de mensajero y heraldo de los dioses, en particular de Zeus, Hermes conduce la relación entre el cielo y la tierra, anunciando el deseo divino a los hombres, y a partir de este oficio se deriva más tarde su carácter de dios de los oráculos.

En su capacidad de heraldo o mensajero, Hermes también tiene acceso al inframundo, bajo el título de Psychopompos, y guía a las almas en su partida, cruzando en la barca de Caronte, dejándolas frente al trono de las divinidades del inframundo. Dice H.P.B. en Doctrina Secreta con respecto a esta función de Hermes: “Se le muestra teniendo un altar en común con Júpiter. Tenía alas para expresar que acompañaba al sol en su curso, y era llamado el Nuncio y el Lobo del Sol. Era el guía evocador de las almas, el gran mago y el hierofante.”

Del mundo penumbroso de los espíritus a aquel mundo del sueño existe solamente un pequeño paso para la Imaginación, de ahí que encontramos a Hermes descrito como Oneiropompos, o Guía de los Sueños. Es el guía del pensamiento creativo, de las ideas fecundadas por la voluntad dirigida, por lo tanto, las ideas (arquetipos) se plasman y tienen una utilidad y beneficio para los hombres. Ejemplo: Hermes enseña la escritura, las matemáticas y la astronomía, la música,
enciende el primer fuego en honor a los dioses.

Hermes es también el Guía de los Héroes. Cuando la adversidad requiere valor, habilidad y estrategia, se asocia con Atenea para guiar a los héroes en sus empresas peligrosas (Ulises, Príamo, Argonautas, Orfeo). Así mismo ayuda a aquellos viajeros que han perdido su camino y se encuentran en tierras extrañas, entre gente mal intencionada. Marca las direcciones de los caminos y anima a la aventura.

Hermes y el Filósofo Peregrino

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Hermes y Atenea, Castillo de Praga

Después de recordar un poco las funciones y cualidades de Hermes, reflexionemos ahora sobre su relación con el eterno peregrino que nos representa a nosotros mismos. Pero ¿quién es este Peregrino, este viajero, que invoca la protección de Hermes?

El peregrino es sencillamente el Filósofo que camina por la vida hacia su propio reencuentro. En el sendero el viajero necesita indicaciones, direcciones, guías que le puedan conducir con paso seguro hacia su destino. ¿Cómo logrará descubrir esas señales que indican la dirección correcta? A través de la Filosofía. El Peregrino deberá aprender a leer sus propios símbolos y enrumbar sus pasos a través de todos los obstáculos que se le presenten. Pero no estará solo, porque habrá un Mensajero seguro que le indicará su ruta.

Hermes inspira al Filósofo, al buscador, a emprender el camino de la aventura. Sin poder explicar racionalmente ese impulso, el Filósofo despierta y se convierte en viajero, al principio sin rumbo definido, entre la noche y el alba, y frente a él, multitud de caminos para tomar.

En el fondo de sí mismo el viajero sentirá la fuerza de avanzar y trazar su propio sendero. Un día se atreverá a salir de su gruta y se asombrará ante el camino, ante lo que descubrirán sus ojos y lo que escucharán sus oídos. El primer encuentro del Peregrino con Hermes es a través del Despertar de su propia curiosidad animosa de conocer y explorar. Tomado el primer paso, comenzamos la aventura decidiendo cambiar nuestra comodidad por el riesgo de conocer nuestras propias capacidades y necesidades en la vida. Llevamos ideas, conceptos, no muy
claros al principio, a los cuales escondemos en una caverna.

El segundo encuentro con Hermes es gracias a la Investigación y aprendemos poco a poco que las ideas que poseemos están relacionadas a la verdad que buscamos, a la luz que nos permite entender y ver. Hermes nos enfrentará a las decisiones de la vida y tendremos que escoger. Nos enseñará también a reconciliarnos con otras ideas, más luminosas, y otras esencias. Hermes nos ofrece la lira y deberemos aprender a transformar los elementos de nuestra naturaleza en la música de nuestra propia alma. En este encuentro, el Filósofo Peregrino recibe la instrucción que le permite el dominio de la materia; la formación, bajo la cual enciende su propio fuego y hace su primer sacrificio a los dioses, disfrutando el presente; y se integra paulatinamente a las propias dimensiones de sus 3 mundos, renovándose en ellas.

Quizás sea en este segundo encuentro donde el viajero realmente invoca con más corazón a Hermes y reconoce en sí mismo al Eterno Peregrino, el Discípulo. Hermes nos ayudará a explorar las rutas, a ser audaces en el sendero, a buscar y encontrar para luego compartir lo que hemos hallado. El Peregrino ya no se preocupa más por el horizonte frente a sus ojos, pues se da cuenta de que el horizonte siempre estará allí, frente a él, pero sí ocurre en él una fresca transformación al entender que el Sendero tiene un sentido y sólo él puede caminarlo. El Peregrino disfruta el camino y las dificultades que encuentra ya no son más los grandes
obstáculos, sino las pruebas necesarias para su ingenio, creatividad y perseverancia.

Pero llega el momento en que el Peregrino debe cruzar hacia la otra orilla y es cuando Hermes, Amigo fiel, le guía a través de la oscuridad del inframundo, abriéndole las puertas de los pequeños misterios. Hermes ha acompañado a los héroes en sus viajes al reino de Hades, o ha penetrado en él por mandado del mismo Zeus. El Filósofo Peregrino se vuelve héroe al penetrar en su propio misterio. Hermes nuevamente, amigo fiel, muestra al viajero la salida hacia la luz. El Peregrino surge renovado, ha transmutado su naturaleza de plomo en oro y agradece al dios mensajero por su protección y guía. Quizás sea en ese momento, que habiendo aprendido de Hermes, decida algún día también convertirse en guía, instructor, de otros durmientes peregrinos que en el fondo de sí mismos sienten la necesidad de la aventura, de caminar hacia el horizonte, al reencuentro con sí mismos. Hermes y Apolo serán siempre grandes amigos. La ingeniosidad para buscar la luz de la
Inteligencia Creadora y acercarse al Sol Supremo de la Sabiduría, Zeus, estará a disposición de todo aquel que se encuentre en el cruce de caminos y sepa invocar a Hermes.

Bibliografía
Bulfinch’s Mythology.
Himnos Homéricos.
Murray, Alexander. Who’s who in Mythology.
Schwarz, Fernand. Rol, Función y Estilo del Dios Hermes.