Simbolismo de las mezquitas a través de sus elementos arquitectónicos

Basak Arpacioglu

Sin duda hemos creado todo según una dimensión.
El Corán, Sura Hicr, versículo 19.

El motivo de esta monografía es un estudio mas profundo de los lugares sagrados y en
especial, de las mezquitas como el espacio sagrado del Islam .
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El estudio del simbolismo de las mezquitas y de sus componentes arquitectónicos sería provechoso para que descubramos el mundo más allá de sus reflexiones, investigando el significadode los símbolos o aprendiendo la lengua “de las religiones y de lo sagrado” a través de sus huellas. Todos sabemos que todo lo manifestado en el mundo terrestre es un resultado de una esencia celestial o de una idea creativa. Para manifestarse en el mundo material es necesaria una
organización; una forma, un diseño, una creación en tres dimensiones.

El santuario/el templo

La religión requiere un lugar físico para servir de puente entre la tierra y los planes divinos. Esta forma física se realiza a través de una forma sagrada con el rito de consagración y los rituales que sirven para la Unidad dentro del santuario.

El hombre de civilizaciones tradicionales crea su propio universo, basándose en arquetipos, como la creación del hombre por los dioses. Esto no iguala a los dioses y los hombres, sino indica que el hombre no podría habitar en un caos y que necesita vivir en un mundo ordenado, o sea; en el cosmos.

Cada creación o producción sigue el modelo de la creación del Universo. Cada nueva creación es una nueva vida y un nuevo principio.

“El santuario es la imagen del universo para el hombre y su construcción refleja la creación del Universo”. El lugar sagrado representa el mundo que se forma desde su propio caos. Incluye el principio, que es la fuente de todos los acuerdos, el regulador y la manifestación de la inteligencia”.

Por mediación de la “arquitectura sagrada” el hombre entra en un espacio distinto al que existe a su alrededor. La comunicación no-verbal con lo divino está permitida dentro de las paredes sagradas del santuario. El santuario agrega una nueva dimensión al mundo del hombre, una quinta esencia, o sea, la que asciende hacia arriba, hacia el cielo.

Cada espacio sagrado como la manifestación “de lo Sagrado” tiene un impacto de separación de la tierra santa, del ambiente cósmico que lo distingue de modo característico. Otra característica excepcional que fortalece este impacto es la orientación utilizada en la arquitectura de santuarios.

Los lugares religiosos tienen como función la de ser un puente entre el cielo y la tierra, sin una discriminación de lugar, tiempo y sistemas de creencia. Podríamos observar fácilmente esto en la arquitectura de edificios religiosos y de los templos. Pero todas las religiones han reflejado la esencia espiritual, “la Verdad” con símbolos, puesto que de otra forma no podría ser comprendida solamente por la mente y la razón. “Un símbolo, lleva todos los aspectos ocultos y las dimensiones profundas a la luz, más allá de lo que podrían lograr otros materiales informativos”.

A primera vista destacan las interpretaciones erróneas o parciales de símbolos en la historia de las religiones. Por lo tanto, para un investigador de la verdad y de la sabiduría es necesario seguir las huellas y limpiar el polvo del mensaje y recordar el lenguaje de los símbolos.

En el mundo moderno los símbolos y los mitos podrían estar desmitificados, deformados o violados, pero nunca serían destruidos, porque pertenecen a la esencia espiritual incorruptible de la vida.

La mezquita (jami)

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El arte en el Islam se arraiga en el principio del Recuerdo de lo Divino y en el valor de la verdadera creatividad que radica en la capacidad de ese arte de conexión profunda entre el hombre, la naturaleza y el Absoluto.

La Mezquita -un emblema del fervor religioso y un testimonio verdadero de unidad y solidaridad fraternales de Ummah (los fieles)- en un musulmán representa los sentimientos de armonía, con sus aspiraciones religiosas,
sociales, comunales y culturales.

El origen de su forma viene de la morada del Profeta Santo y tiene las partes de sahn, liwan, alquibla, el mimber, el mihrab e indudablemente tiene una pauta espiritual de la forma y de la organización espacial.

Organización física

Los factores que forman la organización física de las mezquitas derivan de los principios fundamentales de la adoración en el Islam: 1) ablución, 2) tiempo de la adoración, rezo (namaz), 3) Orientación hacia Meca, 4) Un lugar suficientemente grande para recibir a todos los fieles en el salat (oración) de los viernes.

Estas reglas forman los siguientes elementos arquitectónicos: 1) Una fuente, 2) Un minarete y un muecín, para llamar al rezo cinco veces al día, 3) Un nicho (mihrab) en la pared de Alquibla, y 4) Una sala para la congregación y un almimbar elevado para el imán.

Hay una preocupación clara por la orientación que se expresa en la orientación cósmica de la Ka’ba y en la alineación terrestre de las mezquitas hacia Meca. El elemento arquitectónico para este propósito es el mihrab. Un segundo principio es el de la introversión, caracterizado por el patio y el planeamiento de la bóveda central. Esta preocupación también se refleja en la entrada y el pórtico, partes importantes de una actitud del diseño del “espacio positivo”.

La forma de la cúpula, mandálica, destaca un tercer principio del “centro y la simetría”. La bóveda, proporciona normalmente el espacio sagrado especial en donde se encuentra el mihrab.

Los elementos básicos de la mezquita son: un espacio para la adoración, y rezo, un lugar cubierto (harem) y un lugar abierto al cielo (sahan) donde los fieles pueden estar frente a La Meca, dirigiéndose al nicho (mihrab) que esta en la pared de la alquibla. El púlpito (almimbar) desde donde el líder de los rezos (el imán) puede dar el sermón (khutba), se encuentra a la derecha del mihrab. El espacio para los rezos puede estar rodeado de las columnatas o las arcadas. La pared orientada a La Meca (pared de la alquibla) es normalmente mayor que las otras paredes. Esta columnata rodea un patio central abierto que generalmente alberga la fuente de la ablución, donde los fieles se lavan antes de entrar en el pasillo del rezo. Se llega a este espacio a través de una entrada que se difiere en el diseño. En algunos países, la entrada tiene que adquirir un gran valor arquitectónico y simbólico.

La mezquita se compone principalmente de: la sala del rezo, minarete, la fuente de absolución y el Sahan (el patio de la mezquita). La mezquita es un ejemplo de una construcción simple basada en el prototipo tradicional. El pasillo del rezo de la mezquita tiene la forma cuadrada y se encuentra en un ángulo recto del eje de la alquibla. Alberga dos niveles, de los cuales el primero pertenece a los hombres, y el segundo, o sea, el entresuelo a las mujeres. Los fieles deben alinearse en las filas que hacen frente a la pared de la alquibla que determina la forma de la mezquita. El parámetro más largo es la pared de la alquibla para tener la mayor cantidad de
gente en la primera fila.

Otro punto es que la arquitectura de las mezquitas proclama una distinción de la vida cotidiana y de la vida interna. El creyente se quita los zapatos para entrar en una mezquita, realizando una acción casera que simboliza la transición de lo secular al reino espiritual, la transición del mundo público al privado. La mezquita abarca el dominio espiritual y secular. Por un proceso natural se convirtió en el centro de comunidad del mundo musulmán.

Elementos arquitectónicos básicos de las mezquitas

En la historia de los turcos, las grandes tiendas de campaña eran los primeros espacios cubiertos creados como la manifestación del “universo pequeño”. Durante su vida nómada, el cielo con el sol móvil, la luna y las estrellas han sido los primeros indicadores del orden y del Teos. “La forma de la bóveda del cielo” perpetuada durante siglos en sus edificios, primero se ha expresado con la tienda nómada.

Desde el comienzo del medievo el plan arquitectónico de cuatro pasillos sobre dos ejes y un patio central ha sido un esquema tradicional, que compone con simétrica y equilibrio la imagen del cosmos. El suelo y la forma de la mezquita simboliza la tierra y el mundo terrestre. El cuadrado podría ser el símbolo de los cuatro elementos básicos, que incluyen la tierra, el viento, el fuego, y el agua. El minarete es un indicador direccional para el cielo divino. La bóveda simboliza la fuerza divina y es la perfección del círculo. Se dice que la bóveda o el círculo representa la “eternidad – lo infinito – el reino espiritual”, ya que nunca cesa. Así pues, cuando tenemos un círculo y un cuadrado, tenemos el símbolo espiritual así como el símbolo físico de la tierra.

El mihrab (nicho)

Mihrab es un nicho profundo y curvado, como el altar de la estatua de culto en los templos Greco-Romanos o el nicho similar en la iglesia cristiana. En el salat del viernes el imán, o el líder del rezo, se queda dentro del mihrab para conducir a los fieles.

En una mezquita correctamente orientada, la pared entera que hay frente a la Ka’ba –la llamada pared de la alquibla, sirve para indicar la orientación. De tal modo, se hace un mihrab simbólico, necesario como foco y símbolo de la adoración
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El mihrab es la residencia de Dios y el umbral del paraíso, por lo tanto es besado tradicionalmente por los musulmanes. El Corán dice que “es un nicho con una vela donde la luz de Allah ha sido encendida” Los mihrabs se adornan frecuentemente con muqarnas, estos detalles también sirven acústicamente para la voz de los imanes.

La bóveda

El elemento arquitectónico que más destaca el esplendor del espacio interno, es la parte central de la bóveda en las mezquitas. Organiza funcionalmente la acústica y estéticamente adorna el espacio interno con la integración.

Dentro de la mezquita, la bóveda está cerca del mihrab, como parte de un nexo intrincado de las relaciones espléndidas establecidas por esa característica, el almimbar, el Mansura (lugar elevado generalmente reservado al sultán) y el crucero. La bóveda es como una señal exterior del lugar de los mihrabs, acentuando el papel del mihraby marcando la orientación de la alquibla. Los pares o los tríos de las bóvedas sobre el área del mihrab, el Mansura (ornamentaciones de las capitales de las columnas) y el crucero o a lo largo del tramo central de la pared de la alquibla multiplican el efecto. Las bóvedas se utilizan como ornamentos para interrumpir la regularidad de una pared articulada o de un peristilo.

Simbólicamente, la bóveda representa el macrocosmos, simboliza el cielo, la tortuga cósmica. Es el lugar del Trono Divino. Es el punto de centro donde el hombre y los elementos divinos se reúnen. El significado simbólico de la bóveda se deriva de su geometría. El círculo es la forma más poderosa para expresar el infinito y la unidad. Tiene un potencial infinito de crear de sí mismo, todas las demás formas geométricas. Esto también explica el motivo de su utilización en
los elementos geométricos repetitivos en Arte Islámico.

Bajo la bóveda el hombre tiene la oportunidad de descubrir la unidad, a través de la forma que se levanta en el cielo abarcando todo lo que está debajo. Es el símbolo de integración con el Todo.

Relacionadas con los “ocho cielos” en el Corán, a veces se encuentran mezquitas con bóvedas octogonales. El profeta Mahoma habló sobre una “madre santa” sentada en el centro de una bóveda de perlas durante su ascensión al cielo. La bóveda de perlas se levanta sobre cuatro columnas, sobre ellas se encuentra la frase “En el nombre de Dios el Clemente, el Misericordioso” y la transición de las columnas y de la bóveda estaba provisto de una forma octogonal que simboliza los “Ocho Ángeles”.

El minarete (torre de la llamada a la oración)

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El minarete es funcionalmente el lugar de la llamada a la oración, donde el muecín sube cinco veces al día para invitar a la oración, o en otras palabras, para recordar a los musulmanes la hora del rezo.

Un minarete consiste en tres partes de abajo a arriba:
La plataforma, cuerpo principal, “Serefe” (el balcón), panal, cono y “alem” (la media luna en la cúspide). Cada parte va haciéndose más pequeña y estrechándose a medida que asciende hacia arriba. La media luna en la cúspide representa la conjunción y el resumen de todas las líneas que ascienden desde abajo.

En la torre del minarete hay una pequeña y estrecha escalera construida en el interior que sube hacia el cielo en forma de espiral y que generalmente tiene noventa y nueve escalones.

Si miramos al minarete desde fuera, su forma nos recuerda a la primera letra del alfabeto árabe que se llama el “elif” que simboliza la unidad y la  primera letra del nombre de Alá.

El minarete es como un signo de admiración, el elemento arquitectónico externo más visual de una mezquita. Como símbolo el minarete es un elemento visual impresionante, se levanta como una antena que sirve de receptor y transmisor a nuestro mundo de los mensajes divinos.

Con su forma clara y alta, es como un compás que señala una dirección de distancias lejanas. A través de la historia el minarete ha servido también de torre-observatorio de una ciudad.

Entrada principal (bab)

La magnificencia del portal monumental expresa el poder y la abundancia a la vez de atrayente. Está a cargo del saludo y también de adiós. El Bab es la puerta que se abre a la vida espiritual y por lo tanto está asociada con el concepto de “Puertas del Cielo”.

Las partes superiores de la entrada principal se adornan generalmente con las formas simbólicas que acentúan su significado. La puerta del portal, es generalmente, tan pequeña que permite la entrada de un solo hombre a la vez seguido por un umbral, construido para que el oficiante se rinda a la fuerza de lo sagrado. En la mayoría de los santuarios la entrada está en el punto de  comienzo del eje que conduce a la parte más sagrada.

Conclusión

En nuestra “época moderna” el estilo de vida es rápido y apresurado para satisfacer nuestras necesidades físicas y está aceleración cada día es mayor. Hay una tendencia a evaluar todo según la utilidad de su uso, con la preocupación única de responder a la demanda. Esta situación lleva al hombre a olvidar sus tradiciones y sus raíces.

La existencia del mundo terrestre no debe servir solamente para las necesidades materiales sino para contemplar los símbolos de las verdades eternas. Todos los días pasamos por delante de mezquitas, catedrales, iglesias o quizá de lugares sagrados antiguos, los cuales hablan al hombre con un lenguaje más profundo del que simplemente vemos con nuestros ojos.

“El estudio de la manifestación de lo sagrado dentro del marco de los ritos, mitos y símbolos ofrece al hombre la experiencia de armonizar las oposiciones, un cambio en la conciencia humana, el descubrimiento de hechos nuevos que no conocíamos antes y una transformación verdadera del investigador.”

Un enfoque integral con una mente y una conciencia clara nos permitiría ver la unidad dentro de todo lo que nos rodea. Esto podía conducirnos a un resultado natural; profundizar nuestro conocimiento y combinar y fortalecerlo con un método comparativo.

Podemos hacernos la pregunta del porqué las viejas construcciones monumentales subsistieron por muchos siglos. Esto seguramente no es una coincidencia…

Todas las formas externas se complementan con una verdad interior y una esencia espiritual. Lo exotérico es la forma percibida por los sentidos, como la forma de un edificio. Lo esotérico es la Esencia y el Gobernante del todo. Para comprender algo en su totalidad, uno no debe inclinarse solamente a las imágenes externas, sino estudiar cuidadosamente el valor intrínseco y la Verdad que yacen en su interior Ardelan y Bakhtiar, la Conciencia de la unidad