Hermes en la vida cotidiana de los griegos antiguos

Ismini Alizioti

Introducción

Hermes: El mensajero de los dioses. Una divinidad con características múltiples y variadas, muy mistérica, que aparece frecuentemente en las tragedias griegas para dar soluciones y para facilitar las situaciones, aunque también para expresar la voluntad de los dioses, llevando sus mensajes a los hombres.

De acuerdo a la mitología, Hermes había nacido en el monte Cyllene, en Arcadia, hijo de Zeus y de Maya, la mayor de las Pléyades, hija de Atlas. Desde pequeño, el dios se distingue por su ingenio y por su astucia. Roba a los dioses diversos utensilios, el tridente de Poseidón, la espada de Ares, el cinturón de Afrodita y, naturalmente, las famosas vacas de Apolo, con una extraordinaria estratagema.

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Hermes Agoraios

Otra muestra de su ingenio es la construcción de la lira, hecha con un caparazón de tortuga, que posteriormente regala a su hermano Apolo a cambio del arte de la adivinación (por medio de dados o pequeños guijarros). Hermes es aquel que da la música a los hombres. Pero, además de ser el inventor de la música, se considera también el inventor de las letras y de la geometría así como de la palestra.

Los griegos antiguos atribuyen a Hermes múltiples y variadas características, lo que se hace evidente en el hecho de que existen diversas fiestas y cultos del dios en distintos lugares de Grecia. También son muchos los sobrenombres que se dan a Hermes: Kerdoos (el que trae ganancias), Logios (el Letrado), Crioforo (el portador de carnero), Agoraios (el del ágora), Enagonio (el benefactor de los atletas), Promaco (el protector de las batallas), Propileo o Pronaos (el protector de las puertas o de los templos), Poligio (el de muchos hijos), Dolios (el Fraudulento o Engañoso), Tricéfalo (el de tres cabezas), Ctonios (el telúrico), Psicopómpico (el conductor de las almas), Oneiropómpico (el conductor de los sueños), Caridoto (el que otorga dones).

A pesar de que no son muy conocidas las festividades que estaban dedicadas al dios, en muchas ciudades de Grecia existían lugares de culto, algunos consagrados exclusivamente a Hermes y otros dedicados a diversos dioses con los que Hermes mantenía una relación. Así, por ejemplo, encontramos una estatua de Hermes en el templo de Apolo en Argos,  otra en el templo de Hera en Olimpia, etc. A continuación veremos más analíticamente las festividades y los cultos de Hermes así como las características que se le atribuyen en cada región de Grecia, tal y como lo menciona Pausanias en sus viajes.

Los griegos honraban a sus dioses e intentaban integrar lo sagrado en su vida, dar otra dimensión a lo cotidiano y acercarse a todos los dioses. Por una parte, para pedir ayuda a los dioses y por otra parte para agradecerles o para reconciliarse con ellos, pero sobre todo para honrarlos. En estas sociedades tradicionales de la antigüedad, lo sagrado jugaba un papel importante en la vida diaria de los hombres los cuales, a través de las festividades, del calendario sagrado, conseguían sacralizar el tiempo y el espacio, purificar el cuerpo y el alma y dar otra dimensión a su vida cotidiana.

Festividades – cultos
Las Antesterias:

Las hermas, además de su función como indicadores de caminos, tenían otro sentido más simbólico y esotérico. Era Hermes el que, como dios psicopómpico, conducía a las almas al otro mundo. Las piedras que se tiraban al pasar, tenían también un carácter de ofrenda a la memoria de algún difunto. Además Hermes, que habitaba en estas piedras, estaba relacionado con los difuntos. Las fiestas de las Antesterias se celebraban los días once, doce y trece del mes de Antesterion (nuestro mes de febrero). El primer día se denominaba “Pithoigia” y se hacían libaciones a Dionisos. El segundo día se denominaba “Choes”. Era el día en que, de acuerdo a sus creencias, las almas se elevaban al mundo superior. Se celebraban campeonatos de beber vino. El tercer día de las Antesterias estaba dedicado a los difuntos. Se celebraban sacrificios y se ofrecía a Hermes Psicopómpico, como dios telúrico, la panspermia (que significa “todas las semillas” o “espermas”). Esta panspermia era un preparado a base de granos de cereales y de legumbres, similar a la “koliva”, que se sigue ofreciendo en Grecia durante los funerales hasta el día de hoy. La panspermia era ofrecida a los difuntos. La festividad era concluida con la frase: “Partid, almas de los difuntos, las Antesterias han finalizado”.

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Hermes psicopómpico, Templo de Artemisa, Éfeso, (325 aC), Museo Británico

Los griegos rendían especial culto a Hermes como dios Psicopómpico y como Oneiropómpico. Homero, en la Odisea, menciona que los feacios, antes de dormir, realizaban sus últimas ofrendas nocturnas a Hermes y que, dormían con la cara vuelta hacia el dios, ya que tenían una estatua suya junto a la cama.

En Argos, ofrecían sacrificios a Hermes treinta días después de cada muerte, para que el dios cuidase del alma del difunto. En las más antiguas tradiciones griegas el Hermes telúrico, Oneiropómpico y Psicopómpico, era considerado un dios diferente, hijo de Dionisos y de Afrodita.

Las Hermaias:

Era una de las mayores festividades, dedicada exclusivamente a Hermes, como Enagonio o Agonio. Por ello, se realizaban competiciones atléticas entre las que destacaba el relevo de antorchas, realizado por niños y adolescentes. Se celebraban fiestas Hermaias en diversas localidades, entre las que podemos referir: Atenas, Salamina, Tanagra, Pallini, Achaia, Feneo, Cyllene en la Arcadia, Argos, Delos y Creta. En Tanagra la competición más importante era la carrera de carros. La fiesta comenzaba con una procesión a la cabeza de la cual iba un hermoso joven con un carnero a hombros (Crioforo), en honor del dios que, como ya hemos
referido, había salvado la ciudad de una epidemia.

Las Hermaias Caridoteias:

Se celebraban en Samos en honor a Hermes Caridoto (el que otorga dones). Según la tradición local, Hermes era el que conducía a las tres Gracias y atribuía
persuasión y elocuencia. En estas festividades se ofrecía miel, incienso e higos secos así como placentas de animales. Así mismo, se sacrificaban corderos, cabras y cerdos en honor al dios. A continuación se celebraban fiestas en las que estaba permitido cualquier tipo de robo y fraude.

Festividades Hermaias similares encontramos en Creta, en donde se dice que los hombres se vestían de mujeres y eran perseguidos por sus esposas. Así mismo, durante ese día se intercambiaban los roles entre los esclavos y los señores.

El número 4 y el cuarto día de cada mes estaban dedicados a Hermes y entonces se hablaba de Hermes Tetras. En griego actual, el día miércoles se llama “tetarti”, que significa “el cuarto”, dado que es el cuarto día de la semana, mientras que en los idiomas latinos, como el francés o el español, la raíz de la palabra miércoles proviene de Mercurio, el equivalente romano de Hermes.

En los misterios de los Cabiros encontramos una forma del culto a Hermes. En ellos se rendía culto a la gran diosa Axieros, que los griegos asimilaron a Demeter. Esta diosa iba acompañada de una divinidad dual, similar a Afrodita – Hécate y de un dios fecundador, Kadmilos, que se asimiló a Hermes.

También en Tesalia, en Fócida, en la mayoría de las islas del Egeo y en la Jonia encontramos cultos a Hermes. En el templo de Artemisa en Éfeso encontramos una representación de Hermes en un capitel del templo. Los habitantes de Samotracia hacían también referencia a Saon o Samón, hijo de Hermes y de la ninfa Rene. Probablemente de ahí provenga el nombre del monte Saos de Samotracia.

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Hermes protector de los manera libre y sin restricciones. comerciantes y ladrones

Como es natural, Hermes era especialmente venerado por los comerciantes, aunque muchos de ellos eran conocidos por sus fraudes y sus hurtos. Se dice que si alguien era acusado de fraude o de tergiversación de fondos, podía evitar el encarcelamiento si pagaba una multa que era denominada “dinero para Hermes”.

Los ladrones también invocaban a Hermes como su protector y el dios siempre ayudaba a aquellos que robaban poco a muchas personas, y no al contrario. Debemos aclarar que en aquella época las concepciones sobre el tema eran totalmente diferentes a las de hoy día. Hermes protegía a aquellos que expresaban las características del dios a través del robo, es decir que lo hacían para ayudar a otros o para devolver deudas, y a los que robaban a aquellos que amontonan riqueza a causa de su avaricia, reteniendo así la
circulación de las riquezas. Esta última razón es especialmente importante porque Hermes es aquel que expresa la circulación de hombres, de riquezas y de ideas, de manera libre y sin restricciones.