Cueva de las Manos

Artículo realizado por Irene Melfi
Fotos: Marina Linari

PRIMEROS DESCUBRIMIENTOS
Pasado el río Pinturas y el río Ecker, por la ruta 40 que une toda la Argentina, junto a la cordillera de los Andes, después de un breve desvío, encontramos el Cañadón Río Pinturas. Las inmediaciones del Río Pinturas fueron visitadas desde el siglo XIX por viajeros y exploradores. En 1881 un viajero inglés, George Musters, fue el primer europeo que recorrió la zona sin la suerte de dar con los aleros de la cueva. A Clemente Onelli, el célebre compañero de exploraciones del Perito Francisco Moreno, le ocurre lo mismo en 1904. Es en 1941 cuando el sacerdote Alberto de Agostini logra llegar a la Cueva de las Manos y describe la impresión de las pinturas rupestres en su libro “Los Andes” publicado en 1950.

foto web Hermes
Es Carlos Gradin (1918-2002) topógrafo y arqueólogo, quien en 1964 comienza a explorar la zona de Cueva de Las Manos. Y a partir de 1973 inicia sus investigaciones científicas, junto a C. A. Aschero y A. M. Aguerre. El trabajo que inició el equipo de Carlos Gradin da fundamento a todas las siguientes investigaciones.

UBICACIÓN GEOGRÁFICA

La Cueva está ubicada en el Departamento Lago Buenos Aires al nor-oeste de la provincia de Santa Cruz, en la Patagonia Argentina. Se encuentra a unos 88 metros de altura sobre el Río Pinturas, en el margen derecho, y a 500 metros sobre el nivel del mar, en el paralelo y el meridiano 47º09 latitud sur y 70º45 longitud oeste respectivamente.

ubicación

Sus dimensiones aproximadas son 24 metros de profundidad, 10 metros de alto y 15 metros de ancho.
Llama la atención que las pinturas rupestres de las que hablaremos más adelante han sido realizadas en los alerones de la cueva.

CRONOLOGÍA
Se estima su origen hace algo más de 9300 años. 7370 años A.C. Gracias a la investigación de Carlos Gradin se sabe que estaba habitada por los hombres anteriores a los Tehuelches. Hay cinco estudios de su cronología de radio-carbono para la excavación de la Cueva. Tres de ellos fueron procesados por la Nova Universidad de Florida en 1975 y dos por el Laboratorio de Geocronología del Instituto de Química física dependiente del CSIC. Estudian su situación en 7370 A.C. En 5330 A.C. En 1430 A.C. En 340 D. C. y en 1000 D.C. De esta forma se ve que esta Cueva fue ocupada por cazadores-recolectores desde las postrimerías del octavo milenio A.C. o sea desde el Holoceno temprano o inmediato pos glacial. A finales del siglo XX surge la hipótesis de que estos pobladores constituirían la cultura indígena más antigua del continente americano. Su datación por radio-carbono calibrada indica un periodo entre el 10.600 a. C. y el 11.250. Esa época corresponde a los últimos años de la Glaciación o Era de Hielo.

ciervos
Se encontraron restos de pigmentos minerales o restos de fragmentos pintados desprendidos de las paredes de la cueva que junto a los resultados de los fechados radio-carbónicos, permitieron establecer la cronología relativa de las pinturas.

PRIMEROS POBLADORES
Estos pueblos de origen étnico diferente podrían haber llegado por el estrecho de Berhing y por navegación desde el Pacífico y recibieron a lo largo de su historia diversas influencias, espirituales, materiales y raciales. Recientemente se ha estudiado la posibilidad de que los pobladores de América provenientes del puente de Beringia entre Siberia y Alaska utilizaran una ruta alternativa navegando hacia el sur bordeando la costa. Debido al bajo nivel del océano, en ese periodo, la posible ruta bordearía por el oeste la actual costa norteamericana, estando actualmente cubierta por las aguas del Océano Pacífico, y haciendo difícil los estudios arqueológicos. En un reciente estudio submarino se encontró una herramienta de piedra de una antigüedad de 10.000 años a una profundidad de 53 metros. Simultáneamente, se han producido otros hallazgos arqueológicos, genéticos, lingüísticos y geológicos que han abierto múltiples teorías y complejas combinaciones sobre el verdadero origen, momento de llegada y rutas seguidas para el poblamiento de América. Los científicos presentan variedad de teorías sin llegar a ponerse aún de acuerdo. Con lo que podemos decir que todo son hipótesis y que son muchas las incógnitas que nos presenta la historia de la humanidad.

mapa

Los indígenas que habitaron la patagonia, fueron los Patagones o Tehuelches. Según el arqueólogo estadounidense Mark R. Harrington, su nombre deriva del mapuche “Chewel o Chehuel”, cuyo significado es “bravo, arisco”. El Paleontólogo, antropólogo y científico, Rodolfo Casamiquela en su libro “Patagonia, una tempestad de la imaginación” publicado en francés por Editorial Autrement, diferencia tres grupos: uno septentrional, uno intermedio o central y uno meridional: cada uno con su propia lengua, pero de raza y cultura prácticamente idéntica. “La historia del poblamiento indígena de la Patagonia es todavía totalmente imprecisa” dice. Se estima que vivirían en grupos familiares estimados en 25 a 30 personas en las zonas más reparadas, con disponibilidad de agua y leña. Además, ocupaban otros sitios para usos específicos, como los campamentos de caza, de obtención de materias primas, de procesamiento de las presas y lugares de reunión.
Otros arqueólogos han debatido la posibilidad de la existencia de culturas anteriores a la clovis, tanto en Norteamérica como en Sudamérica. Descubrimientos como los de Monte Verde en la Región de Los Lagos, al sur de Chile que es una importante zona arqueológica, descubierta en 1975 por Félix Werner y C. Jünger, se trata de dos asentamientos humanos del pleistoceno tardío, por medio de radio-carbónico se han datado en 33.000 años y 14.800 años respectivamente antes del presente, planteando una nueva hipótesis de la “Teoría del Poblamiento Americano” que fechaba la llegada del hombre al continente americano hace 12500 años; o como otros yacimientos arqueológicos de América como Piedra Museo (Argentina), Pedra Furada (Brasil), Tlapacoya (México), Topper (California), replantearon completamente la teoría clásica, ahora conocida como teoría del poblamiento tardío, y defendieron una nueva teoría, conocida como teoría del poblamiento temprano de América, o preclovis, que ubica la fecha de ingreso entre 25.000 y 50.000 años antes del presente, al mismo tiempo que modificaron las teorías sobre las rutas de entrada y difusión por el continente.
Existe también la hipótesis de un poblamiento cuyo origen estuviera en Australia y hubieran llegado por la Antártida.

LAS PINTURAS RUPESTRE DE CUEVA DE LAS MANOS
Técnica y materiales
En los últimos tiempos se ha planteado la hipótesis de un origen neuro-fisiológico producido por la reacción de sustancias alucinógenas. Según esta teoría, al ingerir narcóticos derivados de las plantas, como el cebil o el yagé, la persona podría tener alucinaciones. De esta manera, las representaciones artísticas tendrían su origen en contextos rituales y la mayoría de las figuras provendrían de esas visiones.

En la Cueva se hallaron, materiales líticos, fogones, utencillos, huesos y pieles de los animales que eran la base de la subsistencia. Todo el material se encuentra en el Museo de la ciudad de La Plata.

Las pinturas se realizaban con pigmentos minerales. Usaban diferentes tonalidades como el ocre-amarillo de natrojarosita, verde terra verde, distintos tonos de rojo: intenso, violáceo, anaranjado, de hematina maghemita, que molían con herramientas de piedra. Para el color negro utilizaban el óxido de manganeso. Los pigmentos eran mezclados con diferentes elementos aglutinantes, suponen que con agua, grasa, orina o sangre, para que permitiera su aplicación, así obtenían pinturas acuosas como las rojas y otras más pastosas como las blancas, donde la presencia de yeso hacía que el pigmento tuviera mayor adherencia al soporte natural de la roca. Aprovecharon la textura rocosa y las grietas para recrear el paisaje. Así, pueden verse unos guanacos huyendo hacia ambos lados de una suerte de cañadón natural formado por la grieta del soporte. Por lo tanto, buscaban un lugar con buena iluminación natural, acceso y reparo para encuadrar su obra aprovechando los rasgos de la roca, con sus fisuras, sectores en relieve y oquedades.

manos
Los negativos de manos son una de las características más destacadas del arte. En su mayoría se trata de negativos de manos izquierdas de ambos sexos; aunque actualmente se sugiere que puede ser pulgar a la derecha o pulgar a la izquierda. Hay manos de todos los tamaños. Para pintar usaban pequeños hisopos a modo de pinceles con los que realizar trazos lineales, y también las líneas hacían con los dedos. Por otra parte, usaban la boca y un corto tubito como un aerógrafo. De esta forma, soplando pintura sobre su mano apoyada en la pared rocosa lograban el negativo de la misma. Con esta técnica hacían las patas de animales silvestres como el choique y el guanaco.

Los motivos
El motivo de manos en la pintura rupestre se repite en otros sitios, lo que no es tan común es la cantidad de manos que hay en Cueva de las Manos. La arqueóloga María Onetto llegó a contar más de 2.000.
Podría ser que dejaran su impronta como un sello personal de identidad, o como un tipo de ritual. Hay manos de todos los tamaños, esto podría relacionarse con grupos familiares que se reunían en los momentos de mayor abundancia de recursos.

También representaron escenas de caza donde se ven las distintas estrategias de caza. En algunas escenas los cazadores persiguen en grupo a su presa, en otras la rodean arreandolas hacia un cañadón, o bien la enlaza con unas boleadoras. Aparecen figuras de animales, como el lagarto o el choique y de hombres aislados, además de motivos geométricos simples como zig-zags, líneas rectas, puntos.

Hay tres grupos de estilos en las pinturas y las manos están en todos los estilos. El primer grupo dataría entre el año 9.300 y el 7.300 antes del presente y las representaciones son escenas de caza cuya característica es el movimiento. En amplios espacios se ve a un conjunto de guanacos y cazadores de color negro que culmina con una presa rodeada de cazadores, a la espera de ser troceado y repartido entre los cazadores.Son episodios de la vida diaria. Los cazadores son representados proporcionalmente más pequeños que los guanacos, y cuando están en movimiento tras las presas, son pintados de perfil, en posición de correr. Cuando están junto a la presa para el reparto, están pintados de frente, a veces con adornos en la cabeza que podrían ser plumas y que, aunque no se tiene certeza, podrían indicar una distinción jerárquica. En este grupo se observa el movimiento y la elasticidad propia del guanaco en saltos o huidas.
En otros casos aparecen en fila, uno detrás del otro, como manadas vistas desde lejos. También se ven las boleadoras con las que cazaban los cazadores. Las escenas se hallan asociadas siempre con negativos de manos.

Posiblemente, se alejaban del campamento central y realizaban ceremonias de paso con otras familias, donde una de las expresiones consistía en dejar las palmas de las manos como una señal, siendo esta la expresión artística más importante de estos primeros momentos de ocupación del sitio.

El segundo grupo es el denominado periodo estático y abarcaría entre el año 7300 y el 3.300 antes del presente. Su característica es que ya no se ve movimiento ni en los animales ni en las figuras humanas. Los guanacos son muy grandes y aparecen con las crías. Se caracteriza por la utilización de puntas de proyectil y otro tipo de artefactos como las lascas. Aparece la luna sabiendo que en la luna de noviembre es cuando paren las guanacas. Se ven figuras de guanacos en actitud estática y de vientre abultado, perdiéndose el vínculo entre los hombres y la presa. Hay otros animales, como los lagartos y sus parientes los matuastos, negativos de manos, siluetas humanas estilizadas y guanacos ejecutados rústicamente, además de “rosetas” o círculos rodeados de puntos, tridígitos semejantes a las pisadas del choique o ñandú pequeño, y conjuntos de puntos.
ciervos

Los hallazgos arqueológicos de este momento son: las puntas de proyectil, las lascas lanceoladas de piedra. También se halló un tubo de hueso de 50 mm de largo que serviría de aerógrafo.

El tercer grupo abarcaría del 3.300 al 1.400 antes del presente y serían los círculos como símbolo del paso del tiempo y los ciclos de la vida. En este periodo el arte se superpone a los anteriores. Se caracteriza por una gran esquematiación y por la utilización del color rojo intenso para realizar figuras preponderantemente geométricas tales como zigzags, líneas rectas y angulares, puntiformes y círculos. La figura humana se realiza con trazos lineales. Incluye también representaciones de manos esquemáticas y negativos de

manos 1

manos. Este momento representa el final de la larga secuencia del sitio, aproximadamente hace 1.400. !Cuánto dicen las Pinturas rupestres de la Cueva de las Manos!, pero mucho más queda por investigar sobre aquellos pobladores patagónicos que pintaban símbolos similares a los que se encuentran en tantas otras partes del mundo.

Con este trabajo solo hemos querido despertar el interés por estas maravillosas pinturas que en todos los tiempos han conmovido al visitante.

Bibliografía

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http://argentina.diariocritico.com/noticias/cientificos-estudian-hallazgos-pueblos-originarios