Claudia Patricia Escobar Rúa
Introducción
La percepción de lo sagrado ha sido el potente motor de la evolución humana. Sin embargo, el paradigma positivista en el que aún se desarrolla la ciencia en la actualidad, hace creer que la evolución se da en una línea recta de progreso infinito, lo que deja por sentado que quienes nos precedieron hace millones de años eran simples bocetos infantiles de lo que es en la actualidad la humanidad. Reconocer cómo el pensamiento simbólico sagrado ha existido desde tiempos inmemorables, permite no solo ampliar la visión de la vida y la evolución, sino que además nos entrega la certeza de las bases de construcción de nuestro futuro.
Encontrar las evidencias de la vivencia de lo sagrado a lo largo del tiempo y en las diferentes latitudes, nos ayudará a derrumbar los viejos paradigmas y a continuar dando paso al hombre nuevo. Este artículo es un ejemplo de esto.
Serranía del Chiribiquete
El Chiribiquete es sin duda alguna el descubrimiento más importante de los últimos años en Colombia y quizás en Suramérica, pues resulta ser un enclave biológico, geográfico y arqueológico fundamental para comprender a los primeros pobladores del continente americano.
Fue descubierto en 1986 por el arqueólogo y antropólogo colombiano Carlos Castaño-Uribe, director de Parques Nacionales de Colombia, quien logra divisar desde una avioneta una particular serranía luego de que una tormenta lo desviara de su destino original. A partir de ese momento, se ha hecho un esfuerzo monumental por estudiarlo, comprenderlo y protegerlo, a tal punto que en el año 2018 es declarado Patrimonio Mixto de la Humanidad por la Unesco, y sale con fuerza a la luz pública su existencia.
El Chiribiquete es una meseta rocosa ubicada al sur de Colombia en la región de la Amazonia, y forma parte del conjunto de sistemas montañosos más importantes de la zona. Posee una extensión de 4.300.000 km2 que conforman el área protegida más grande del sistema de parques naturales del país.
Este lugar tiene gran importancia por su singularidad desde el punto de vista arqueológico, geomorfológico y biológico. Esbozaremos a continuación su valor en cada uno de estos aspectos:
Biológico
Comprende una de las áreas de mayor diversidad biológica en el mundo. Es un amplio territorio de selva húmeda, que tiene la particularidad de tener múltiples ecosistemas asociados. Se encuentra en interacción biogeográfica con la cordillera de los Andes, el Gran Chaco, el Cerrado y la Catinga brasilera, todos ellos biomas naturales, así como un inmenso número de corrientes de agua. Los microclimas existentes en la serranía permiten una gran variedad de ecosistemas. Las investigaciones muestran que podrían existir varias especies endémicas o únicas de este lugar, producto de las respuestas adaptativas.
Tipo Número de especies Observaciones
Plantas 2.138 16 nuevas para la ciencia
Mariposas 189 9 endémicas y 16 nuevas para la ciencia
Peces 60 3 nuevas para la ciencia
Anfibios 46 6 nuevas para la ciencia
Reptiles 60
Mamíferos 89
(Tabla 1 (hallazgos biológicos de las expediciones) Fuente: Revista Semana. Especiales Chiribiquete).
Todas estas particularidades, le han permitido ser considerada como Patrimonio Mixto de la Humanidad, por sus condiciones biológicas y arqueológicas.
Geomorfológico
La serranía del Chiribiquete es uno de los accidentes geomorfológicos más antiguos del continente y la formación precámbrica más occidental del Escudo de la Guayana, [1] El Escudo de la Guayana es una de las formaciones geológicas más antiguas del planeta. Está ubicada al
noreste de América del Sur.
con edades que superan los mil novecientos millones de años en sus estratos más antiguos. Los tepuyes, [2]Mesetas abruptas con paredes verticales y cimas relativamente planas que alcanzan alturas de 800 metros, han sido referente sagrado de muchas culturas de Suramérica.

Tepuyes del Chiribiquete. Uno de los lugares más antiguos del planeta. Imagen tomada de https://unperiodico.unal.edu.co/pages/detail/Chiribiquete-patrimonio-mundial-de-la-humanidad-un-paraiso-visto-desde-la-geologia-y-la-geomorfolo/
Arqueológico
El Chiribiquete es considerado uno de los sitios arqueológicos con las dataciones más antiguas de América 22.000 (AP). En él se encuentran más de 75.000 imágenes de arte rupestre, por lo que es considerada para muchos como la Capilla Sixtina de la Amazonia. Las evidencias muestran además que dichas pinturas se han realizado desde 22.000 (AP) hasta el año de 1978 D.C,
por lo que podría considerarse uno de los sitios en el mundo en el que se ha mantenido una tradición cultural de milenios, más o menos sin interrupciones.
Este descubrimiento ha presentado grandes desafíos para la arqueología, pues por su singularidad no puede verse solamente dentro de los esquemas tradicionales de desarrollos culturales particulares ni de tiempos cronológicos estáticos.
Uno de los grandes impactos ha sido sobre las fechas de poblamiento del hombre americano, ampliando su antigüedad de 14.000 a 30.000 años, reforzando las teorías formuladas por Jacques de Cinq-Mars, arqueólogo canadiense, sobre una ocupación más temprana del territorio. Igualmente refuerza varias teorías que sostienen que dicho poblamiento se realizó a partir de varias migraciones provenientes de varios puntos del planeta.
Arte rupestre
El Chiribiquete es una amplia zona por explorar, de la cual se ha excavado solo un 20% aproximadamente del total existente. En este porcentaje se han encontrado más de 60 paneles de 7 metros de altura (promedio) con pinturas de arte rupestre, realizadas con fines rituales y ceremoniales por un extenso periodo de tiempo. Las investigaciones demuestran que quienes hicieron dichas pinturas, tuvieron grandes conocimientos técnicos y astronómicos, así como un complejo pensamiento simbólico, que daría fundación a las particularidades formas de lo sagrado en todo el continente.
Es así como se evidencia un uso deliberado de algunos lugares para la realización de las pinturas. La mayoría de ellos consiste en abrigos rocosos pintados a una altura entre 350 y 650 metros sobre el nivel del mar, algunos ubicados en zonas muy elevadas y de difícil acceso. Dichas piedras eran sometidas a preparaciones previas para su pintura, y protegidas de la luz solar y los efectos de la lluvia gracias a las adaptaciones hechas artificialmente como zonas de abrigos.
Los dibujos están orientados en su mayor parte de frente a los cursos principales del agua y coinciden con los ejes este-oeste. Las representaciones son de tres tipos: a) murales, b) paneles complejos y simples, c) rocas móviles, todas ellas perfectamente pintadas en su mayoría de rojo (96%) teniendo variedades menores de ocre-amarillo, blanco y negro.
Las pinturas tienen un evidente fin ceremonial y ritual, con profundos contenidos simbólicos.

Paredón de arte rupestre en el Chiribiquete. Allí se puede evidenciar la diferenciación de niveles presentes en la mayoría de los paneles.
Son representaciones extendidas de ideas y ocupan gran parte de la pared de la roca. Su composición gráfica es compleja y representan lo que podría ser una trama o relato. Casi siempre fueron hechas en tres grandes estratos horizontales
Inframundo: Es el espacio más bajo de la pintura. Se caracteriza por la saturación y superposición del color. Los dibujos son hechos a una escala más pequeña que las del resto, y por lo general, es deliberadamente resaltado con una banda pintada que los separa del resto de estratos.
Mundo terrenal: Son dibujos menos superpuestos, con figuras a una escala más grande en las que sobresalen escenas rituales con presencia de muchas figuras humanas.
Mundo celeste: sus representaciones son más grandes e independientes, sugiriendo que es el tema principal del panel. Se encuentran alusiones a animales más que a humanos, y se aprovechan las irregularidades de la superficie para resaltar ideas como no se ve en ningún otro estrato. (Castaño-Uribe pág. 64)
El centro del mundo
Otros de los elementos excepcionales de este lugar es su ubicación geográfica. La orientación de
la formación geológica (tepuyes) describe un eje norte-sur casi perfecto con respecto a la inclinación de la Tierra. Por otro lado, la línea ecuatorial corta la serranía del Chiribiquete aproximadamente en la mitad quedando una parte en el hemisferio norte y otra en el hemisferio sur (Castaño-Uribe pág. 114).

Posición del Chiribiquete con respecto a los ejes de la tierra y a la bóveda celeste. Tomado de Castaño-Uribe pág. 455
Esta posición privilegiada refleja realmente un ombligo del mundo, un punto cero en el que se cruzan los ejes horizontales y verticales con una particular
precisión. Algunos de los mitos de origen de los pueblos indígenas cercanos a la serranía, confirman esta visión simbólica:
(…) El padre logró desde la canoa cósmica (Vía Láctea) escoger el sitio de
origen porque observó que este era el único punto donde su bastón clavado en la roca no proyectaba sombra. Allí abrió un orificio sobre la tierra donde vertió su poder seminal y logra su primera creación: la Luna. Y luego toda la descendencia de animales y plantas y hombres” (Tomado de G. Reichel- Dolmatoff)
Muy cerca a la intersección de la línea equinoccial y el eje longitudinal de la serranía, hay cuatro grandes simas o cavidades naturales de 150 metros de diámetro por 150 metros de profundidad. Esta formación geográfica es interpretada por la mitología Desana [3] Los Desana son un pueblo indígena nativo de las cuencas del rio Vaupés, área amazónica. como la marca que dejó el sol del sitio y momento de origen, representan cuatro referentes fundamentales de sacralidad del universo y constituyen cuatro marcas del poder seminal que define mundos duales, representado en todos los dibujos del Chiribiquete. Se hace evidente aquí un concepto clave de la cuatripartición del mundo.
La Vía Láctea, es otro de los elementos simbólicos importantes en los dibujos, siendo representada como la gran canoa cósmica, asociada a la serpiente anaconda o al río cósmico de leche. Esta es permanentemente visible en el cenit del cielo nocturno durante todo el año, con leves inclinaciones que sirven de indicador de los meses del año. Los avistamientos del cielo en la serranía permiten ver el arco de la Vía Láctea en una orientación este-oeste perfecta haciendo el mismo recorrido del Sol, y de la Luna, dando la sensación de que ambos viajan al lomo de la Vía Láctea. (Ibid., pág. 129). Es sorprendente no solo la precisión del espectáculo celeste, sino además la forma en que dicha precisión se entrelaza con las formas simbólicas representadas en este lugar.
Jaguar
Uno de los elementos más representativos de la serranía tiene que ver con las múltiples alusiones al jaguar y a los hombres jaguar, símbolo que luego estará presente en todo el continente, configurando lo que muchos autores han llamado como la jaguaridad continental.
En los mitos cosmogónicos de la región, el jaguar nace de la unión entre el Padre Sol y su hija la Luna. El Padre Sol le encomienda la labor de protector del equilibrio de la Tierra, y de interlocutor entre los hombres y lo divino, siendo así
un símbolo que sintetiza y une las polaridades. Es tanto solar como lunar, por eso su piel es negra con blanca en la parte inferior, aludiendo a su origen materno lunar y amarillo con negro en la parte superior, símbolo de su origen solar paterno.
En el Chiribiquete se hace alusiones de manera reiterativa a cuatro soles y cuatro jaguares que están entrelazados a un centro, aspecto que por lo demás es muy frecuente en la evidencia arqueológica y en las piezas etnográficas de muchas culturas y pueblos indígenas de Colombia y Suramérica (Castaño-Uribe pág. 256). También es representado en los paneles como un hombre
con cabeza de felino que dispone de la lanza sonajera, a manera de bastón de mando.
Unido al jaguar aparece la constelación de Orión, o constelación del jaguar presente en las mitologías amazónicas. Dicha constelación es visible durante todo el año en
la serranía, generando un fenómeno astrológico singular: proyectada desde el cenit, sus cuatro estrellas principales se identifican con las cuatro patas o los cuatro colmillos del jaguar. Con su cola desplegada en actitud de salto, pareciera que
está cobijando durante toda la noche la serranía sagrada, desplegando un
salto cosmológico en sentido este-oeste (amanecer- atardecer nocturno)
(Ibid., pág. 112)
Conclusión
El Chiribiquete, que en lenguaje nativo significa “la casa del enjambre solar”, más que respuestas está entregando preguntas que empiezan a derrumbar ideas preconcebidas sobre el hombre en la antigüedad. Son estos ejemplos los que permitirán sentar las bases de una nueva forma de ver la vida, en la que evidencie y clarifique todo aquello que nos ha definido como humanos. Es claro como éste es un lugar de articulación, o encrucijada en el proceso de dispersión de elementos simbólicos y filosóficos para todo el continente americano. Es por esto por lo que se hace necesario no solo su estudio y difusión, sino además su conservación.
Anexo de imágenes
Imagen del hombre jaguar ascendente. Una de las representaciones repetitivas y más importante de los
murales. Este icono tiene cabeza de jaguar, y la representación de lo que posiblemente es un árbol, bastón o poste. Al
lado se encuentra un rectángulo con una abstracción de hombres danzantes. (Castaño-Uribe. Pág. 450)
En esta imagen se observa como un grupo de hombres que, de manera ceremonial, bailan y saltan en el eje
horizontal superior de un jaguar. Este es uno de los elementos centrales de la iconografía del Chiribiquete. (Castaño-Uribe. Pág. 482)
En esta imagen se observa la representación de la Canoa Cósmica Floreada y el papel ritual de la danza. En primer plano cazador guerrero con sus armas desplegadas: en medio una multitud de hombres de espalda (en representación abstracta), baila con sus armas arriba. En el fondo se observan los danzantes estelares que son los más destacados, usando trajes ceremoniales de pies a cabeza. En la mitad de la escena, el poste emblemático del centro del mundo. (Castaño-Uribe. Pág. 488)
Las imágenes nos muestran las manos realizadas con técnicas de estampado en negativo, como parte de una escena de refrendación chamánica. (Castaño-Uribe. Pág. 537)
En la imagen se observa un jaguar, cuyo dorso superior y lateral anterior contiene el icono de hombres trepadores como una metáfora dentro del propio jaguar, que
refuerza la idea de este como vehículo espiritual de ascensión a la Vía Láctea. Alrededor hombres bailando con armas empuñadas y en gran agitación. (CASTAÑO-URIBE. Pág. 487)
Bibliografía
Revista Semana. Especiales Chiribiquete. Sitio web
https://especiales.semana.com/deforestacion/Chiribiquete.html
Revista Digital Universidad Nacional de Colombia. Julio 6 de 2018. Bogotá
Castaño-Uribe Carlos. Chiribiquete. La maloka cósmica de los hombres Jaguar. Grupo
de inversiones Sudamericana S.A. 2019
Notas